El famoso 'Huracán Trump' ha llegado para enfrentar a Latinoamerica.

Si el magnate republicano cumple alguna de sus promesas electorales, como construir un muro en la frontera con México, expulsar indocumentados o revisar los tratados de libre comercio, los daños del huracán Trump serán devastadores, sobre todo para el Gobierno de Enrique Peña Nieto. A Latinoamérica y a México, especialmente le toca ahora encomendarse a la “realpolitik” de la Casa Blanca para que el próximo presidente de Estados Unidos modere su discurso.

Su visita a México en plena campaña electoral provocó un rechazo social unánime. Pero sus planes reales para la región son todavía un enigma.

El líder republicano ha calificado de "pésimo" el tratado comercial suscrito con México y Canadá. Su revisión afectaría a una economía mexicana que hoy exporta el 80% de sus bienes y servicios a Estados Unidos.

Rafael Correa llegó a decir hace unos días que un triunfo de Trump sería mejor para la región. El mandatario ecuatoriano basaba su argumento en el amplio rechazo social que, a su juicio, generaría el nuevo líder de Estados Unidos. Para Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research, expresó que, Correa es "irrefutable" a corto plazo. Pero con el tiempo, "el impulso que la victoria de Trump dará al partido republicano será peor para América Latina que una presidencia de Hillary".

Pero hasta que Trump no defina su hoja de ruta, algunos gobiernos, como el de Juan Manuel Santos, estarán en vilo.

Otros gobernantes, como el argentino Mauricio Macri, que hace años hizo negocios con el magnate norteamericano, tendrá que olvidar sus preferencias por Clinton. Y, como el resto de sus colegas latinoamericanos, encomendarse a una realpolitik que, en palabras de Gino Pauselli, experto argentino en Relaciones Internacionales, va a seguir manteniendo a Latinoamérica fuera de las prioridades de la Casa Blanca.