Entre los mediocres y la política estás tú.

Entre los mediocres y la política estás tú.

Si alguien cree que vivir feliz es intentar dejar de lado lo que tenemos de frente, ¡mal va!, sólo basta ver la cantidad de gente que pasa a tu lado con carácter de felicidad permanente y por dentro lleva un crucifijo interior marcado por la desconsideración permanente hacia su persona, bien sea por el miedo que le procesan o por la cantidad de ideas que genera.

Esa puede ser gran parte de su desgracia, entre otras cosas, porque los mediocres necesitan de su sapiencia y conocimientos para estar cerca del poder o de las personas que le proporcionan el dinero que le salva sus increíbles vidas, o lo que es peor, le mantienen el culo en el machito, que es a la larga, lo que le permite dominar a los que viven en la miseria.

Recuerdo en los años de instituto, cuando la personalidad marcaba gran parte del futuro de los alumnos, compañeros, en definitiva, que salían hacia cotas superiores, marcando clarísimamente la pauta del “listo e inteligente”, falsamente llamados, porque hay una clarísima diferencia, en este mundo que vivimos; donde los listos, pululan y los inteligentes se apartan para que caigan por su propio peso, por ignorantes e ineficaces e insolidarios, los mencionados “dueños del Mango”.

Quiero levantar la mano, para decir que existe otra rama de personas dentro de este catálogo de definiciones, y se llama el incomprendido; es la persona que suele dar todo a todo el mundo, que aporta muchísimo a la sociedad y da su vida por ellas, porque sus ideas, casi siempre incomprendidas, pero tremendamente eficaces, sean utilizadas por otros para usurparlas, haciéndolas suyas, y dejando en evidencia, la falsedad de la realidad actual, que la marca la pauta del que dirán, para meterte e encasillarte en el mundo de los perdedores, sabiendo que lo único que has realizado es mantener vivo a estos sinvergüenzas del politiqueo barato.

Si yo tuviera la fuerza para gritar diría “¿Por qué a mí?” y no sabría decir la respuesta, pero si tengo claro una cosa, “No lo sé” pero me pasa casi siempre, soy una persona de altibajos, donde la “mala suerte” te encasilla en algo que no deseas pero que siempre está presente.

 ¡Joder!, parece mentira, que aun sabiendo que siempre pasa, y lo estás esperando, continúas haciendo lo mismo, y de la misma manera.

No sé cuándo despertar y lo peor, no sé cuándo seguiremos manteniendo a esta sarta de mentirosos y arrogantes personajillos de la vida, de la política, del trabajo de la cotidiano… que casi siempre, y tampoco sé por qué, están al lado del poder de los mediocres o siendo parte de la misma sociedad monetaria, en la que el que “más tiene” es el líder y que le proporciona su supervivencia es el “desgraciado”