Desde mi punto de vista no estoy de acuerdo con la eutanasia, ya que ningún ser humana está en derecho de quitarle la vida a otro ni aun uno mismo a quitarse ya que sobre la vida solo tiene derecho el ser supremo y todo poderoso que es jehová de los ejércitos
Las muertes que más son admiradas son las de quienes, sabiendo que van a morir, afrontan este hecho decididamente y actúan en consecuencia: ponen sus asuntos en regla, procuran despedirse de su seres queridos y, con fuerza de ánimo y una chispa de esperanza, siguen viviendo, trabajando y amando tanto como pueda durarle el tiempo que les queda.
Razones fundamentales para decirle no a la eutanasia:
La dignidad de la vida humana
Ninguna vida carece de valor.
Todos queremos una buena muerte, sin que artificialmente nos alarguen la agonía, ni nos apliquen una tecnología o unos medios desproporcionados a la enfermedad.
Todos queremos ser tratados eficazmente del dolor, tener la ayuda necesaria y no ser abandonados por el médico y el equipo sanitario cuando la enfermedad sea incurable.
Todos queremos ser informados adecuadamente sobre la enfermedad, el pronóstico y los tratamientos que dispone la medicina, que nos expliquen los datos en un lenguaje comprensible, y participar en las decisiones sobre lo que se nos va a hacer.
Todos queremos recibir un trato respetuoso, que en el hospital podamos estar acompañados de la familia y los amigos sin otras restricciones que las necesarias para la buena evolución de la enfermedad y el buen funcionamiento del hospital.
Desde el punto de vista práctico, la apertura a esta opción de suicidio asistido significaría, paradójicamente, una enorme constricción del ejercicio de la libertad. Porque elegir la muerte no es una opción entre muchas, sino el modo de suprimir todas las demás opciones
Por otro lado, no es desdeñable el desencadenamiento de una fuerte presión social, sutil o abierta, para que las persones anciana o con grandes enfermedades y deficiencias se vean conducidas a elegir esta opción.
Las opciones de decisión en la enfermedad terminal son muy reducidas, dados los escasos márgenes terapéuticos que se manejan.
• La capacidad decisoria del paciente sobre su propia muerte pueden verse afectada por
situaciones inherentes al proceso que está viviendo pero ajenas a su voluntad real
(incredulidad, ira, depresión, desesperación, miedo), que frecuentemente preceden a la
aceptación y resignación.
• La elección puede ser muy condicionada por la explicación dada por el médico.
• A veces el paciente no quiere información o no desea tener que decidir.
• Necesidad de tener en cuenta otros factores como beneficencia, no maleficencia y justicia.
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