SOFONISBA ANGUISSOLA

Los primeros años de su vida

Nació en 1535 en Cremona y fue la mayor de siete hermanos. Su padre, Amilcare Anguissola, era miembro de la baja nobleza genovesa. Su madre se llamaba Bianca Ponzone. Un día su padre les animó a perfeccionar sus talentos, por cual, ella y cuatro de sus hermanas decidieron dedicarse a la pintura. Su hermana Elena y ella fueron las más destacada en la pintura, pero Elena decidió dejar la pintura para hacerse monja. A los catorce años de edad, su padre, le envió a estudiar Bernardino Campi, un pintor italiano muy importante.

Viaje a Roma

Sofonisba viajó a Roma con 19 años de edad, donde conoció a Miguel Ángel, el cual le pidió que pintara a un niño llorando, pero dibujó a un niño mordido por un cangrejo, a partir de ahí Miguel Ángel reconoció su talento. No obstante, no fue fácil para ella aunque contaba con mucho apoyo por su gran esfuerzo y coraje, por ser mujer y las diferencias sociales, no le permitieron ir más allá de los límites impuestos por la sociedad. Ella quería estudiar anatomía humana o dibujar la natural, pero no pudo, ya que ver a personas desnudas era impropio de una señora.

De Milán a España

Al 1558 se desplaza a Milán, y allí mismo, pinta un cuadro donde aparece el Duque de Alba. Al año siguiente, fue invitada a visitar la corte Española, cosa que fue muy importante para su carrera. Allí, se convirtió en una pintora de la corte, además de dama de compañía de la nueva reina. Anguissola pasó los años siguientes pintando sobre todo retratos de corte oficiales.

Matrimonio

En 1571 contrajo matrimonio con Don Francisco de Moncada, recibiendo una dote de Felipe II, aunque enviudó tan solo ocho años después.

Sus últimos años

Sofonisba se casó nuevamente y continuó con su carrera de pintora, sirviendo de inspiración y guía a muchos pintores jóvenes que acudían a visitarla. En 1625 Sofonisba falleció en Palermo a la edad de 93 años.