Batuta y el poder transformador de la música

Desde pequeña he sido parte de la fundación, han sido 11 años de mi vida en los cuales he tenido a la música como compañera. No todo es tan grandioso como se ve, los problemas comienzan a llegar cuando vas avanzando tanto en el colegio como en Batuta. Tengo ensayos de violín y orquesta  que ocupan toda la tarde, de 4:30 pm a 8.30 pm específicamente, sumando las tareas y exámenes del colegio... no son una buena combinación.

Muchas veces llega el desespero, sobre todo en esos días en los que ya es de madrugada y tú no puedes dormir por estudiar para un examen. Mi mayor consuelo es pensar que si he podido durante 11 años por qué no poder seguir haciéndolo. Es difícil mantener conformes a tantas personas, por un lado están los profesores de Batuta, no puedes dejar de demostrar que realmente eres bueno porque la música es competencia constante; por otro lado están las obligaciones del colegio, empezar a bajar las calificaciones sólo por tu camino con la música no es una opción, y por último están los padres, confían en ti plenamente y creen que podrás hacer todo bastante bien.

Cabe mencionar también el estrés al que estás sometido constantemente. Los pocos días en los que no hay ensayos debes llegar a tu casa y hacer las tareas lo más pronto posible para que te quede tiempo de ensayar. Las audiciones que realizan para verificar tu nivel y que tan bueno eres realmente son temidas por la mayoría de niños y  jóvenes  que hacemos parte de la fundación, jueces observando cada detalle de tu interpretación no las hacen agradables. La única recompensa a todo esto es quedar en uno de los mejores puestos de la orquesta de la fundación a la pertenezcas, y si no logras obtener uno de estos puestos, puedes llegar a sentirte triste y frustrado por un largo tiempo, es competir por el mejor puesto con tus propios compañeros.

No puedo dejar atrás los regaños de los profesores si no consigues tocar afinadas las notas musicales, en ocasiones son demasiado duros y logran hacer que te desanimes y pierdas interés en tu camino como músico, pero todo esto hace parte del proceso de formación musical.

Pocas personas son las que entienden que la música no es nada fácil, a casi nadie le interesa lo duro que esto puede llegar a ser para una persona de 14 años, la mayoría sólo quieren que respondas a todas tus obligaciones por más difícil que sea. Muchas veces ni tus padres te comprenden totalmente.

Ya para finalizar, puedo decir que Batuta ha sacado a millones de jóvenes de malos caminos como lo son las drogas y el alcohol, únicamente poniendo un instruemnto en sus manos. En este lugar he podido crecer como persona y como violinista, no me arrepiento en absoluto de todo lo que he tenido que pasar para ser actualmente la concertina de la orquesta a la que hago parte.

Manuela Laguna