El amor es una emoción que caracteriza al humano, desde la infancia hasta la muerte, pero esta comienza a tomar importancia alrededor de la pubertad. No es extraño encontrarse dos jóvenes apasionados dedicándose frases románticas, abrazos, besos...
¿Pero a qué se debe esto?
Algo que caracteriza a un más a la especie es su innata curiosidad. Más que un capricho, tenemos la necesidad de saber todo cuanto más podamos de lo que nos interese. Cuando comenzamos a tener cierta edad, y ya podemos tomar ciertas decisiones, una tonelada de oportunidades cae como una avalancha. Y si no sabemos manejar tanta información nueva, puede llegar hasta perjudicarnos.
A su vez, la publicidad tiende a aprovecharse de estas inocentes almas, empapándolas de ilusiones y fantasías que no son propias de la realidad. Todo con el motivo oculto del consumismo; el amor no se basa en comprar regalos, flores o cualquier otro gesto que demuestre lo que sientes por la otra persona. En realidad se trata de compartir. Las relaciones románticas son tan amorosas como de superficiales, y tan inestables como la economía de la clase media.
Recalcando, el entretenimiento tampoco duda en idealizar el amor, revelando a montones películas, series, libros, (...) de carácter escapista que lavan cerebros y ponen a vista como algo completamente necesario a estas edades.
«Mientras los dos integrantes de la pareja sean conscientes de las responsabilidades y deberes que conlleva ésta, pueden durar muchísimo más que la media».
-Juan Carlos Beltrán.
Cerrando la noticia, siempre que los jóvenes demuestren madurez, e ignoren ciertos estímulos externos como es la publicidad, podrán disfrutar sanamente del amor.
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Escrito por Driss Castell.