Las Lenguas celtas es el nombre por el que se le conoce a un grupo de idiomas pertenecientes a la familia indoeuropea, la cual es la familia de lenguas más grandes en el planeta. Entre ellas se incluyen:
* El bretón, en Francia
* El córnico, en Reino Unido
* El gaélico escocés, en Reino Unido
* El galés, en Reino Unido
* El irlandés, en Irlanda y Reino Unido
* El manés, en Reino Unido
y todas aquellas lenguas muertas de esta familia que en un tiempo hablaron los pueblos celtas en Europa Central
Existen varias hipótesis respecto a la aparición de las lenguas celtas, sin embargo ninguna de esta está totalmente comprobada.
A partir de los siglos II y III a. C. algunos autores clásicos ofrecen datos concretos sobre la historia de los pueblos celtas. Los romanos usaron el término galli para referirse a varios pueblos celtas, entre los cuales estarían los galos, los gálatas, o regiones como la Galia.
El asentamiento de este pueblo parece haber sido la zona centroeuropea que actualmente corresponde a Austria y Bohemia.
Durante el primer milenio se extendieron rápidamente hacia el oeste, hacia el este y hacia el sur a lugares más importantes como Italia y Grecia.
En el siglo IV a. C. Se convirtieron en una civilización más importante, con una cultura y organización muy desarrolladas para su época.
En el año 390 a. C. conquistan Roma y llegan a asentarse en el norte de Italia, creando la llamada Galia Cisalpina, una región de la Europa occidental actualmente ocupada por Bélgica, Francia, el oeste de Suiza, el norte de Italia y zonas de Alemania y los Países Bajos.
Es por esto que eran llamados “gallis”.
En el año 400 d. C. la presencia celta en Europa continental era reconocible sólo en pocos lugares
Ha sido únicamente en las Islas Británicas donde los celtas han preservado parte de su identidad y costumbres.
La lengua celta dejó de ser hablada a comienzos de la era cristiana.
En la actualidad, las lenguas celtas presentan solo localmente, ya que apenas han extendido su influencia fuera de las Islas Británicas y el norte de Francia. Su supervivencia se halla seriamente amenazada, a pesar de los intentos por promover su enseñanza y su habla, pierden terreno progresivamente en favor del inglés y el francés.
Se estima que su número total de hablantes ronda actualmente los 1,7 millones, aunque con cada generación que pasa esta cifra disminuye considerablemente.