Los límites de la tecnología aplicada a la vida cotidiana son casi inimaginables, como se ha visto en el Mobile World Congress

Del 27 de febrero al 2 de marzo pasado se celebró en Barcelona el Mobile World Congress, la feria más importante a nivel mundial de telefonía.

Según los últimos cálculos a mediados de este año unos 5.000 millones de personas tendrán un teléfono móvil y tres cuartas partes de la población mundial estará conectada a finales de la década. El smartphone es el símbolo actual de la nueva tecnología. Supone un cambio social extraordinario que ya se está materializando en aspectos como la realidad virtual, los coches autónomos, la robótica o el Internet de las cosas.

Durante esta semana, el Mobile World Congress de Barcelona ha sido el escaparate de las más avanzadas propuestas en el sector de la telefonía móvil. Los últimos modelos de LG o Huawei exhibidos en la feria tecnológica contribuirán a hacerle la vida más feliz a los adictos a Internet, los usuarios del WhatsApp o los adictos a las redes sociales. Pero junto a esta tendencia, que impone estar permanentemente en línea, comienza a tomar fuerza esa otra corriente que aboga por darle al off y descolgarse de Internet.