Lo dice con total claridad Rubén Velázquez ante las cámaras: no nos vendemos, somos una empresa de propiedad privada y así seguiremos, aunque siempre hay quien llega para coquetear. Se trata de Pinsa Comercial, la empresa de Mazatlán que tiene el mayor poder de mercado en materia de atún. “Tenemos más del 50 por ciento”, afirma, al mismo tiempo que se congratula por la decisión definitiva y reciente de la Organización Mundial del Comercio para obligar a Estados Unidos a eliminar el etiquetado dolphin safe de las latas de atún que se venden allá.
Pinsa es una bomba para el futuro pesquero de México. Sus marcas de atún –con Dolores a la cabeza– tienen un reconocimiento cada día más poderoso.
Etiquetas como Mazatún, El Dorado o Brunswick son sólidas en el gusto del público, y aunque tiene competidores muy relevantes como Herdez o Grupo Mar, el director general de Pinsa confía en sus capacidades y afirma que, además del beneplácito por la decisión de la OMS, lo que realmente se abre es una oportunidad enorme para que esta empresa sinaloense conquiste el mercado de Estados Unidos.
Le pregunto a Velázquez si existe riesgo de que el atún se extinga, como afirman algunos en la industria, o si esto es un mito. Responde con un rotundo no, asegurando que el tipo de atún que Pinsa pesca es aleta amarilla y que los métodos que se utilizan en México garantizan la sostenibilidad del negocio a largo plazo. Hay algunas especies muy especializadas que están bajo presión, pero de ninguna manera el atún corre el riesgo de extinguirse a pesar de que no se puede cultivar en granja, como la sardina.
Hay felicidad en el gobierno y en las empresas por el futuro brillante que se aproxima para la industria pesquera nacional. De hecho, la autoridad sanitaria ya tiene en la mira el mercado europeo, a fin de abrir acuerdos para que las empresas nacionales exporten ahí.
El dominio que ejercen en Estados Unidos empresas atuneras como Starkist, Bumble Bee o Chicken of the Sea será fuertemente retado por empresas mexicanas como Pinsa. De hecho, como sabían que esto ocurriría, Bumble Bee y Thai Union (empresa dueña de Chicken of the Sea) intentaron fusionarse, pero el Departamento de Justicia de Estados Unidos se los impidió, aduciendo riesgos de alta concentración de mercado y diciendo que dicha industria no funciona competitivamente.
Las peleas de México contra Estados Unidos ante la OMC por la protección del mercado atunero fueron largas, duraron más de veinte años. Pero finalizaron.
Viene ahora una época de oro para la pesca mexicana en el mundo. Pinsa será una estrella dentro de la constelación corporativa nacional y global, y Rubén Velázquez uno de los CEO más interesantes a observar.
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