“LA DEPENDENCIA HACIA EL CELULAR”

Hoy en día, el celular es un aparato inteligente en donde hacer llamadas no es precisamente su mayor atractivo, ya que la mayoría de estos, cuentan con internet para poder navegar en las redes sociales más conocidas como son el Facebook y el Instagram, de mensajería instantánea como el Whatsapp, entre muchas otras aplicaciones para editar fotos, crear videos cortos e incluso hacer transferencias electrónicas sin tener que ir al banco.

Por todas esas razones antes mencionadas, creo que las personas somos meramente dependientes del celular, nos hemos acostumbrado a la facilidad de poder hacer todo con nuestro aparato inteligente, pero más que ser dependientes del aparato, somos dependientes del internet y con ello de las redes sociales.

Las muestras de afecto se ven a diario en el Home de nuestro Facebook, la amistad se mide por la cantidad de fotos y publicaciones compartidas entre dos o  más personas, porque teniendo un celular en las manos todos los días y en todo momento, en vez de hacer una llamada a nuestros seres queridos, lo resumimos en algún mensaje, pues resulta más práctico.

Esta problemática tiene sus ventajas, porque ahorramos mucho tiempo en hacer todo desde nuestro celular, si hay que enviar un correo, alguna tarea o documento importante, ya no tienes que perder más tiempo en ir a un cyber café; podemos pagar los recibos, la tarjeta de crédito, hacer transferencias  y checar el saldo de nuestra tarjeta, todo con un solo movimiento.

Ahorramos tiempo, es verdad, pero realmente no empleamos ese tiempo en compartir con los demás, esa es la principal desventaja de esta problemática, que ya no convivimos con quien nos rodea, no disfrutamos lo que comemos o los lugares que visitamos, pues sentimos la necesidad de publicarlo. Además, las agresiones hacia los jóvenes por medio de las redes sociales, van en incremento, empleamos la practicidad y facilidad que nos brinda el internet para divulgar información, en cosas negativas y a veces denigrantes.

Tenemos un mundo real que disfrutar, hay que vivirlo, disfrutar de la presencia de otros, decirnos cara a cara lo que pensamos y sentimos, hablar más con los demás, socializar y aprovechar nuestro tiempo de manera constructiva, fuera de la realidad virtual.

 Yarilú Rodríguez Olivares