La Revolución inevitable
A finales del siglo XVIII, la monarquía Francesa tambaleaba. Incapaz de adecuarse a las transformaciones socio económicas que eran propias de un nuevo tiempo. Continuaba ejerciendo su poder absoluto, consolidando y perpetuando las injusticias y desigualdades de la sociedad feudal. Los privilegios de la nobleza y el clero eran su base de sustentación. Los campesinos estaban obligados a soportar la mayor parte de las cargas fiscales.
Pero la llamada Ilustración, movimiento forjado por parte de pensadores como Montesquieu, Voltaire y Rousseau estaba logrando su fin. Reivindicando el concepto de soberanía popular, igualdad ante la ley y lo principal, separación de poderes .Repudiaban sobre todo la monarquía absolutista (al Rey). Estos principios fueron abrazados por una clase ascendente en el ámbito económico. La Burguesía, ese era el nombre de estos actores, que en una economía incipiente, aspiraban a dejar lo artesanal y conformar un nuevo orden jurídico.
Discusiones políticas
Pensadores ilustrados, enciclopedistas y revolucionarios contra la esclavitud
En el siglo XVIII, la Ilustración fue un movimiento intelectual que sometía a crítica todas las actividades humanas y que llegó a afectar a las estructuras de la sociedad. Sus pensadores eran formadores de opinión cada vez más radicalizados, especialmente en Francia en donde difundieron los ideales de Libertad e Igualdad de la Revolución.
Fue tan grande en este país la influencia, que todos los actores que intervinieron en los acontecimientos que desencadenaron la Revolución, defendían alguna de sus ideas. Los ministros del rey deseaban abolir los privilegios feudales de la nobleza y el clero, e instaurar un impuesto igualitario que sacase a Francia de la bancarrota.
Oposición
Por su parte, la nobleza y el clero se opusieron a la medida. Finalmente, cuando el rey replicó convocando los Estados Generales (Asamblea general), para concretar su negativa, se encontró con la oposición de la burguesía y del pueblo llano. Estos deseaban acabar con los privilegios feudales, con el absolutismo y estaban dispuestos a lograrlo
También fueron las ideas defendidas por estos pensadores, ilustrados e enciclopedistas las que se impusieron en 1794. La Convención, elegida por sufragio universal masculino, fue el primer parlamento nacional que abolió la esclavitud.
Aunque Napoleón la restauró, al precio de millares de vidas, el proceso de abolición era ya irreversible y vio su culminación durante el siglo XIX.
Las ideas
MONTESQUIEU:
Inspirador de la primera constitución francesa de 1791, en “Mis Pensamientos” rompe con la resignación o aceptación del esclavo de su destino como tal, propugnada en las epístolas de San Pedro y San Pablo:
"Un esclavo puede pues liberarse; le está permitido huir. Como que no forma parte de la Sociedad, las leyes civiles no le conciernen.
ROUSSEAU:
En filosofía política, ciencia política, sociología y teoría del Derecho, el contrato social es un acuerdo realizado en el interior de un grupo por sus integrantes, como por ejemplo el que se realiza entre en un Estado (entidad abstracta) y los de sus ciudadanos. La idea de que todos los miembros del grupo están de acuerdo, por voluntad propia, con el mismo, en virtud de lo cual admiten y aceptan la existencia de una autoridad, de unas normas morales y de leyes a las que se someten.
El contrato social, como teoría política, explica en esencia (cuya formulación más conocida es la propuesta por Jean-Jacques Rousseau) lo siguiente: Para vivir en sociedad, los seres humanos acuerdan un contrato social implícito que les otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que disponían en estado de naturaleza.
Los derechos y los deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato socia.En tanto que el Estado es la entidad creada para hacerlo cumplir. Del mismo modo, los seres humanos pueden cambiar los términos del mismo, si así lo desean. Sus derechos y los deberes no son inmutables o naturales. Son producto de este acuerdo entre partes. Por otro lado, un mayor número de derechos implica mayores deberes, y menos derechos, menos deberes.
VOLTAIRE:
El siglo XVIII, caracterizado por la aparición de la Enciclopedia como instrumento escrito de la Ilustración, acogió a Voltaire con sus ideas libertarias. Consagrado ardientemente al trabajo, este filósofo y poeta, se interesó por el aspecto pragmático de la vida, (hechos), más que por el razonamiento especulativo y dogmático (normas, leyes). En cuanto a la burguesía, aceptaba las desigualdades sociales. Afirmaba que la revolución debía hacerse desde arriba, ya que el pueblo no tenía preparación.
Vale la pena reconocerle la paternidad de algunas frases:
“La idiotez es una enfermedad extraordinaria; el enfermo no es quien la padece sino los demás”.
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo”
“Es peligroso tener la razón cuando el gobierno está equivocado”.
Sesión inaugural de los Estados Generales (5 de mayo de 1789)
Los detonantes inmediatos de la Revolución Francesa (1789-1799) fueron las malas cosechas, y una situación de miseria y hambre generalizada. La bancarrota financiera fue el agregado que hizo explosión y detona la Revolución francesa (1789/1799). El monarca Luis XVI intenta dominar la situación de crisis y convoca en mayo de 1789 a una asamblea general. Esta reunía, por separado, a los representantes de los tres estamentos (la nobleza, el clero y el pueblo o «Tercer Estado»).
La revuelta popular y la Asamblea Nacional (1789-1791)
Los representantes del Tercer Estado, con la burguesía al frente, exigieron la sustitución del sistema tradicional de voto (un voto por estamento) por el del voto individual. Ante el rechazo de sus peticiones y la postura vacilante de la monarquía, constituyeron una nueva Asamblea Nacional. Proclamándola verdadera depositaria de la soberanía popular. Invitaron a los representantes de los demás estamentos a unirse a ella. Los miembros de esta Asamblea Nacional, juraron el 20 de junio de 1789 no separarse hasta dar a Francia una nueva constitución. Más que eso, germinaba la aceptación de una burguesía como nueva dinámica política bajo la influencia de importantes pensadores
La toma de la Bastilla (14 de julio de 1789)
Las capas populares, temerosas de la represión monárquica en un intento por disolver la nueva Asamblea, asaltaron el 14 de julio la Bastilla, fortaleza que servía de prisión y que era un símbolo de la monarquía absolutista. La Revolución Francesa había comenzado, y pronto se propagó a otras ciudades y a las zonas rurales.
El 4 de agosto de 1789 la Asamblea Nacional, convertida ya en Asamblea Nacional Constituyente, decretó la abolición de todos los derechos y privilegios feudales, y el 26 de agosto se publicaba la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, basada en los principios de "libertad, igualdad y fraternidad". Dominada por los sectores más moderados de la burguesía, la Asamblea desarrolló una extensa obra legislativa que culminó con la aprobación de la Constitución de 1791, que estableció la soberanía popular y la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
El nuevo ordenamiento configuraba Francia como una monarquía constitucional. El monarca y sus ministros conservarían el poder ejecutivo. El poder legislativo correspondería a la Asamblea Legislativa, cuyos miembros serían elegidos por sufragio restringido, como también los jueces y miembros de los tribunales.
Arresto de la familia real en Varennes (21 de junio de 1791)
El proceso constituyente no estuvo exento de dificultades, particularmente en su fase final. Mientras fingía aceptar las reformas y las condiciones del nuevo orden, Luis XVI comenzó negociaciones en secreto, con las monarquías absolutistas extranjeras, para acabar con la revolución. En junio de 1791 protagonizó un fallido intento de fuga que desató un fuerte sentimiento antimonárquico. Un mes despues, la Guardia Nacional, creada por los revolucionarios, hubo de reprimir violentamente una manifestación republicana. Ya en agosto, los reyes de Austria y Prusia lanzaron amenazas de intervención. Con todo, la revolución seguía adelante: tras la convocatoria y celebración de elecciones, la Asamblea Legislativa inició sus sesiones el 1 de octubre de 1791.
La monarquía constitucional: La Asamblea Legislativa (1791-1792)
La recién implantada monarquía constitucional tendría escaso recorrido: no llegó siguiera a cumplir el año. Aunque la Asamblea Legislativa promulgó medidas progresistas. Fue finalmente, incapaz de satisfacer el descontento de las clases populares, ante la carestía de los productos básicos como consecuencia del agravamiento de la crisis económica.
En el exterior, ante el peligro que significaba la irradiación de las ideas revolucionarias por el resto de Europa, se organizó una alianza de fuerzas absolutistas (Austria y Prusia) .Esta entró en guerra con Francia el 20 de abril de 1792. Las sucesivas derrotas de los ejércitos franceses radicalizaron la situación. La izquierda jacobina, grupo republicano minoritario radicalizado en sus acciones, ejercía en ese momento, cierta influencia en la Asamblea Legislativa. Finalmente exigió la elección por sufragio universal, de una Convención Nacional y la instauración de una República.
El asalto al Palacio Real de las Tullerías (10 de agosto de 1792)
Una amenazante declaración de un general prusiano (en que se manifestaban crudamente los objetivos contrarrevolucionarios de la guerra) desencadenó en París una nueva insurrección de las masas populares. El 10 de agosto de 1792 asaltaron el Palacio Real de las Tullerías, residencia del rey, en la que se encontraron documentos que probaban su traición conspirativa. El resultado fue la prisión y deposición del rey.
La República: La Convención (1792-1795)
A la caída de la monarquía siguió la celebración de elecciones (por sufragio universal masculino) y la constitución de la Convención Nacional. Su puesta en marcha coincidió con la victoria de las tropas francesas sobre los prusianos en Valmy (20 de septiembre de 1792). Dos días después, el 22 de septiembre, la Convención Nacional proclamaba la República.
Decapitación de Luis XVI
La lucha por el poder dentro de la Convención entre sus alas izquierda (jacobinos) y derecha (girondinos) tuvo en el proceso y ejecución de Luis XVI (21 de enero de 1793) uno de sus puntos álgidos. Como inmediata respuesta a la decapitación del rey, Austria, Prusia, España, Holanda e Inglaterra se unieron en la Primera Coalición. Una alianza sin otro objetivo que acabar militarmente con el proceso revolucionario. Ante el avance de las fuerzas de la Primera Coalición, las conspiraciones contrarrevolucionarias de la nobleza y el clero, la escasez de trigo, la política moderada de la derecha (girondinos) se mostró ineficaz.
La izquierda, se fortalece
Los jacobinos, tomaron las riendas de la Convención en junio de 1793. La Revolución Francesa, más cerca que nunca del pueblo llano, se radicalizó. Se intentaron desarrollar los principios de la democracia social (soberanía popular, sufragio universal), reflejados en una nueva constitución, que no obstante no llegaría a entrar en vigor.
Dominada por los jacobinos (izquierda), la Convención confirió a las instituciones ejecutivas poderes de excepción. Implementaron medidas de urgencia (levas masivas forzosas y control de precios).Un Comité de Seguridad General dirigía una represión contra los enemigos de la Revolución. Llevó a la guillotina a nobles, líderes girondinos y a la reina María Antonieta. Así como a cuantos intentaron eludir el reclutamiento para enfrentar a las monarquías extranjeras, que aliadas luchaban por la restitución de la nobleza en el poder..
Se había implantado el Terror (1793-1794) de mano de la figura de Robespierre. Sus drásticas medidas tuvieron efecto: las tropas francesas frenaron a los ejércitos de la Primera Coalición y las rebeliones internas fueron sofocadas.
ROBESPIERRE:
Principal dirigente del primer parlamento nacional que abolió la esclavitud. Estaba ideológicamente muy influenciado por Rousseau. En la Asamblea Legislativa, en el debate sobre la igualdad de derechos, criticó el argumento de que todo progreso en el ejercicio de derechos de la población negra sometida, pueda significar una rebelión de la población blanca.
“Yo pido en primer lugar, a la Asamblea Nacional, si es digno de unos legisladores hacer transacciones de esta naturaleza con el interés, la avaricia, el orgullo de una clase de ciudadanos. Yo me pregunto si es político decidirse según las amenazas de un partido que en este caso representa a la población blanca para traficar con unos derechos de hombre, con la justicia y la humanidad”
Ministro a la guillotina
Lograda la estabilidad, la burguesía moderada de la Convención consideró injustificado mantener el estado de excepción. En julio de 1794, protagonizó la llamada «reacción de Termidor»: retiró su confianza a Robespierre (que fue guillotinado) y desató un «Terror blanco» contra los izquierdistas. La Convención redactó la Constitución de 1795, marco legal de las nuevas instituciones en la siguiente etapa de la República que designa su poder ejecutivo con el nombre de: el Directorio.
El Directorio (1795-1799)
En octubre de 1795, la Convención fue disuelta y sustituida por dos cámaras, el Consejo de Ancianos y el Consejo de los Quinientos, elegidos por sufragio censitario. El poder ejecutivo lo detentaron los cinco miembros del Directorio, renovables a razón de uno cada año. Este dominado por la burguesía conservadora del ala derecha (Girondinos) se apoyó en el ejército para reprimir las revueltas populares. Cuando la supresión del control de precios, encareció nuevamente los productos básicos. También accionó para aplastar las conspiraciones e insurrecciones tanto de realistas (que aspiraban a restaurar el absolutismo monárquico) como de la izquierda radical.
En el exterior los generales franceses (entre los que brillaba con luz propia el joven Napoleón) dirigían exitosas campañas militares que culminaron con la derrota de la Primera Coalición en 1797. En lo interno el Directorio se mostraba incapaz de mantener la estabilidad, ni siquiera dentro de las mismas instituciones republicanas. Allí se desataron luchas intestinas entre diversas facciones. El sufragio restringido no impidió que la izquierda jacobina y los realistas (monarquía) contaran con una considerable representación en el legislativo. A esta amenaza hubo que sumar, en diciembre de 1798, la formación de una Segunda Coalición europea contra la Francia revolucionaria.
Napoleón Bonaparte
La anarquía reinante y la debilidad del régimen inducían a la burguesía y a los principales dirigentes a inclinarse por una solución militar. Fue el tiempo de Napoleón Bonaparte, quien encabezó el golpe de Estado (9 de noviembre de 1799). La Revolución Francesa había terminado: el Directorio fue substituido por un nuevo régimen autoritario, denominado ,el Consulado (1799-1804), a cuyo frente, investido de amplios poderes y como Primer Cónsul, fue el mismo Napoleón.
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