El plagio: una manera de autodestruirnos.

     No podemos negar que antes de empezar a realizar una labor, siempre buscamos la forma más fácil y rápida de hacer las cosas. No obstante, esto no debe ser un impedimento para hacer a un lado la ética que aprendemos en cualquier institución educativa donde nos forman como profesionales. El hecho de poder encontrar cualquier tipo de información en libros, revistas, periódicos o en internet, no significa que sea de uso libre y lo podamos utilizar a nuestra manera. Para algunos es fácil presentar un trabajo a partir de textos o pensamientos de otros autores, pero esto solamente puede ser utilizado como referencia, y no como algo de su propia autoría, lo que comúnmente se conoce como plagio.

     En el ámbito estudiantil y laboral, el plagio es un tema muy delicado, pues deja mal visto el nombre de la persona que lo hace, de la empresa donde trabaja y/o la institución educativa donde estudia, sin mencionar que afecta a la persona o colectivo de quien se tomó la información. Puede que suene tentador el acto de hacer plagio, pero al hacerlo nos estamos autodestruyendo, pues por una parte puede generarnos una sanción en cualquier institución o podemos incurrir en procesos penales, y por otra parte, empobrece nuestra forma de pensar, ya que limita nuestra creatividad impidiendo desarrollar nuestras capacidades de innovación.

     Hacer plagio ya no debería ser una opción para ningún estudiante, debido a que gracias al avance de la tecnología, actualmente encontramos muchos servicios de revisión de textos en línea que permiten identificar si el documento que uno entrega, tiene similitud con otros documentos dentro de una gran base de datos. La mayoría de dichos servicios son de pago para poder revisar sin límites, pero algunos ofrecen servicios gratuitos que permiten revisar pequeños textos, pero de una forma limitada. Estas herramientas son de conocimiento público y ya se está implementando en la gran mayoría de instituciones educativas.

     Considero que a nadie le gustaría que otra persona utilizara algo que hayamos creado, pues el simple hecho de crearlo, conlleva un trabajo, esfuerzo y dedicación. Por esa razón, es necesario reconocer siempre el trabajo de los demás, permitiendo darles el crédito que se merecen, pues es lo mínimo que podemos hacer por utilizar su material.