Rosalía arrasa una vez más en los Grammy Latinos

Como ya hizo en la edición anterior de los Grammy Latinos, la cantante catalana de San Esteve de Ses Rovires una vez más dejó a todo el mundo sin palabras en Las Vegas. Rosalía volvió a demostrar su arte en las pantallas de todo el mundo y se hizo con cinco grammys  incluido el gran reconocimiento de Álbum del año por El mal querer, entre ellos el de Mejor álbum vocal pop contemporáneo, Mejor canción urbana por Con Altura y Mejor álbum del año. Asimismo, El mal querer, recibió dos nuevos Grammys, no directamente relacionados con la cantante, los cuales lo premiaban como Mejor diseño de envoltorio (Man Mourentan y Tamara Pérez) y Mejor ingeniería de grabación para un álbum (El Guincho, Brian Hernández, Jaycen Joshua y Chris Athens). Rosalía ha logrado lo que ninguna artista española ha logrado hasta ahora. En apenas dos años ya acumula siete galardones. «Estoy en shock, es lo último que me esperaba, os lo juro por Dios. Muchas gracias a la gente que apoya mi música. Estoy trabajando muy duro para estar a la altura de vuestro apoyo», exclamó Rosalía sobre el escenario del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, donde se celebró la gala, presentada por Paz Vega y Ricky Martin. Una mirada al pasado, nos dirigimos a Sant Esteve Ses Rovires, el pueblo natal de la estrella española que con tan solos 26 años va camino de leyenda mundial. Viajamos a su cuna catalana. Nos encontramos a 40 kilómetros de Barcelona, al pie de la montaña de Montserrat, aquí nació, se crio y sigue viviendo con su familia. Los vecinos fueron los primeros testigos en apreciar el arte que la niña poseía cuando tan sólo levantaba unos palmos del suelo, la vieron bailar, cantar los vallenatos de
Carlos Vives en las fiestas del pueblo y desenvolverse sobre el escenario de El Casino.

Rosalía desbordaba maneras desde niña y dejó claro cuales eran sus propósitos cuando tuvo ya algo de juicio. Los habitantes de Sant Esteve hablan de Rosalía con orgullo y admiración. La describen como una niña perseverante en las cosas que le importan, talentosa, perfeccionista, con un aura y una gran energía. Todos conocen a la perfección sus letras. No quieren proporcionar datos personales de de ella ni de su familia, quieren proteger su intimidad. Años después, una joven nacida en un entorno alejado de la cultura flamenca, quien tuvo sus primeros acercamientos con el flamenco gracias a las tardes que trascurría junto a su abuela viendo películas de Lola Flores y de Carmen Sevilla, empezó a escuchar Camarón a través de unos amigos durante un botellón en el parque del pueblo. El Nuestros Sueños del cantaor sonó durante tres minutos en el casete de un coche y desde ese instante no se fue de su oído. A los 13 años decidida para abrirse a ese mundo, comenzó sus estudios por el flamenco. A los 16, se matriculó en el Taller
de Música de Barcelona, donde cursó cuatro años. Allí, estudió técnica vocal, guitarra eléctrica, piano y luego todas las teóricas, lenguaje musical, educación del oído, armonía. La joven artista desde bien pequeña tuvo muy claro cuales serian sus pasos. Quiso ser cantaora y gracias a su persistencia y trabajo lo consiguió. Ha logrado revolucionar este género, del que nutre sus trabajos. Quería remodelar este estilo. Deseaba realizar algo distinto e innovador. Su rebeldía hizo fusionar la cultural de flamenco con otros ritmos más urbanos, hizo una mezcla de raíces tradicionales con toques modernos y del jazz. Como decía su abuela, «ella era especial».

«En mi familia no hay músicos ni tienen contactos. He empezado de cero, y han sido muchos años de estudio, de sacrificio y de buscar un buen maestro» expresa Rosalía en sus entrevistas. Su maestro José Miguel Vizcaya, fue el autor que logró centrar a esa niña rebelde e inquieta volviéndola en una estrella de la música mundial. Rosalía manifiesta que se siente «como una embajadora del flamenco, que tanto me gusta, que tanto amo y que me cambió la vida cuando lo descubrí». Rosalía opina que para deslumbrar en la música hay que remodelarse, ser creativos e innovadores dado que está todo inventado, es cuestión de jugar y aprender con todo lo que ya existe. La música es según ella, un diálogo entre artistas.