La RFEF está constituida por unos diligentes que no representan los valores del deporte.
Tras los juicios y escándalos que hemos observado en los últimos tiempos, va siendo hora de analizar los datos en profundidad.
La situación no es coherente. Estamos conviviendo con actos de soborno, convenios fraudulentos, trampas deportivas, fraudes en elecciones y muchos otros delitos, vinculados a nuestro deporte rey. El fútbol.
Tal y como todos conocemos, todo comenzó en el año 1988. Cuando Ángel María Villar tomó la presidencia de la Federación de Fútbol. Tras un mandato deleznable, así como se ha demostrado ante la justicia. La figura del fútbol ha quedado muy deteriorada.
De hecho, tuvieron que destituirle de su cargo en el año 2017. Cuando fue imputado por delitos de corrupción y malversación de fondos. Acabando en prisión por la famosa “Operación Soule”. Fue imputado, junto a su hijo Gorka Villar. Finalmente ambos salieron de prisión tras abonar la friolera cantidad de 500.000€
El daño estaba hecho, la imagen ya había sido manchada para la posteridad. Aún así, era el momento del cambio. Finalmente, adquirió el cargo como presidente Luis Rubiales. Prometiendo cambios y transparencia en un nuevo mandato, adaptado a los tiempos modernos actuales.
No obstante, y a los hechos me remito, podemos observar que todo era mentira, sólo fachada. Claramente está siguiendo los pasos de su antecesor.
Por ejemplo, la “mano derecha” (Andreu Subies) de Rubiales, ha dimitido recientemente por otro caso de desfalco y apropiación indebida.
La lista de escándalos es abismal. El más reciente, ha sido la designación de Arabía Saudí como sede para organizar la Supercopa de España. Un país que vulnera claramente los derechos humanos. En el cual, no pueden ni siquiera acceder las mujeres a los estadios de fútbol sino van acompañadas de sus respectivos maridos. ¿Cómo puede Arabia Saudí celebrar semejante acto deportivo? La respuesta es fácil. La Federación Española se embolsará la cantidad de 120 millones de euros.
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