GISELLE TEURET
Cuando pase este diluvio, que pasará (“después de la tormenta viene la calma” es la frase preferida de mi madre cuando hay problemas), y salgamos a la superficie desde nuestras casas como Noé de su arca cuando dejó de llover por fin, lo que todos tendremos que hacer es reflexionar sobre el mundo que hemos "construido" y sobre cómo este habrá de cambiar a partir de ahora. Muchos ya lo están haciendo y lo comunican a través de las redes y de los medios de información, que de nuevo se han demostrado imprescindibles como en otras crisis vividas anteriormente, claro ninguna semejante a la actual. Sin medios de información estaríamos perdidos, en una oscuridad y aislamiento prehistóricos.
El primer punto a tratar tiene que ser sobre el modelo de vida que hemos llevado hasta ahora, basado en el consumismo y en el individualismo, abusado de este cuanto más desarrollada sea la sociedad en la que vivimos. No seré yo la que señale las consecuencias negativas de ese comportamiento, porque todos las conocemos, pero sí la que advierta el riesgo de reanudarlo cuando pase la cuarentena obligada por la enfermedad que nos pone a todos en nuestra pequeña burbuja. Y lo que todos hemos visto reflejada en ella es nuestra fragilidad como seres humanos individuales y lo absurdo del consumo en tiempos de "vacas flacas" como el que nos ha llegado de golpe.
Lo segundo tiene que ver con los modelos ideológicos. Enternece escuchar en estos días a políticos alabar el buen sistema sanitario que se tiene en países como el nuestro, sistema que a ojos de los consientes es evidentemente un insulto hacia nuestra inteligencia. Este, por lo visto tiene más alabanzas que virtudes y capacidades, lo cual es una pena debido a que es una fuente fundamental en la lucha contra el coronavirus.
Como tercer punto es necesario resaltar la poca o nula conciencia he importancia que los ciudadanos le han tomado a esta situación. Es desesperante hasta cierto punto el ver como un puñado bastante grande de la población en países como el nuestro aún se rehúsa a tomar medidas cruciales en estos momentos. Muchos tomando todo a la ligera y creyéndose inmunes, mientras que otros caen en la histeria colectiva llenando de información poco verás y carente de comprobación, realizando compras masivas y desabasteciendo de productos que deberían tener todos en sus viviendas. El pensamiento individualista que se está tomando ante tal situación es menos productivo que el quedarse sin hacer nada.
Hay muchas más reflexiones que todos tendremos que hacer cuando la pandemia pase, pero una se vuelve fundamental. La esbozó ya Stephen Hawking hace años cuando predijo que la humanidad no desaparecerá por una explosión nuclear, sino por un virus, y la recordó Bill Gates en 2015 en un discurso que ahora se ha vuelto también profético: "el peligro mayor para la humanidad ya no es una guerra, sino una pandemia vírica, y, sin embargo, el gasto en sanidad e investigación científica es infinitamente menor que el armamentístico".
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.