El exceso de presencia en las redes sociales, la elevada exposición de nuestra vida, la revelación de datos que deben ser confidenciales ya son tema de debate entre padres y madres y objeto de estudio por parte de especialistas que cada día aportan datos nuevos sobre los peligros del mal uso de las redes sociales, en especial por parte de adolescentes y jóvenes, aunque estos problemas pueden aplicarse a cualquier usuario y rango de edad.
Según el estudio Desco-net-ta de Pangea, la adicción a las redes sociales nos impide desconectar totalmente en vacaciones y tomarnos el necesario descanso mental y físico que necesitamos. Un 30% de los españoles sube y comparte fotos, vídeos y todo lo que hace en vacaciones a través de sus perfiles en redes sociales. El ‘postureo’ en redes sociales nos impide olvidarnos de algo tan necesario como es descansar en vacaciones. Está comprobado que desconectar de las redes sociales aumenta nuestra felicidad y bienestar.
Esta elevada exposición al uso de las redes sociales es especialmente preocupante entre jóvenes y adolescentes. En España se estima que un 33% de las consultas al psicólogo ya están relacionadas con asuntos cibernéticos y, en especial, con el excesivo tiempo de uso de los dispositivos móviles. Muchos de ellos (aunque también muchos adultos) padecen nomofobia ¿Sabes qué es?
El comportamiento en algunas redes sociales tiene un efecto directo en la autoestima de los usuarios. ¿Sabías que subir un número excesivo de ‘selfies’ o la constante actualización de nuestra imagen de perfil en redes sociales como Facebook, Instagram o Snapchat están directamente relacionadas con nuestro nivel de autoestima? Para muchos usuarios, la reacción de sus seguidores a estos cambios de imagen puede conllevar problemas de ansiedad o de depresión, en especial en épocas conflictivas como la adolescencia.
El exceso de uso y la elevada exposición de nuestra vida en redes sociales trae consigo que no sepamos distinguir lo que pertenece al ámbito de nuestra vida real de lo que pertenece al mundo de las redes sociales. Lo que nos sucede en el ámbito de las redes sociales cada vez tiene más repercusión en nuestro comportamiento o en nuestro día a día en la vida real. Necesitamos una constante aprobación de nuestros comportamientos. Y no debería de ser así.
Puede resultar paradójico, pero un excesivo uso de las redes sociales puede estar relacionado con problemas de frustración y soledad. La falta de discriminación entre lo real y lo virtual, así como de la necesidad constante de aprobación puede desembocar en problemas de frustración y aislamiento por parte de usuarios que no se sienten lo suficientemente reconocidos en redes sociales lo que les lleva a aislarse socialmente en el mundo real.
El acceso universal a las redes sociales a través de nuestros dispositivos móviles está repercutiendo en nuestra capacidad de sueño. Según los estudios, un 25% de los usuarios de redes sociales se despiertan de madrugada o interrumpen su sueño para revisar si hay alguna novedad o qué actualizaciones se han producido en sus redes sociales. Facebook y Youtube son las redes sociales que más nos quitan el sueño (sin contar por supuesto WhatsApp). ¿Sabes qué es el Fomo?
Uno de los peligros del uso de las redes sociales incide directamente en nuestra capacidad de atención y de reflexión. Cada vez se apuesta más por contenidos fugaces o de rápida caducidad (Twitter, Snapchat, Whatsapp) lo que provoca que nuestra capacidad de retención de información se vea afectada y que no dispongamos de elementos o referencias para la reflexión sosegada de la información y, en muchas ocasiones, no sepamos dónde hemos leído una noticia que damos por válida.
Es habitual que las redes sociales saquen nuestro lado más visceral y, ante determinadas informaciones (que en muchas ocasiones son falsas o manipuladas) activemos nuestros mecanismos de ira o repulsa sin detenernos a pensar si con ello perjudicamos a otros usuarios. Este comportamiento es cada vez más habitual en redes sociales como Twitter.
Según el estudio Your brain in Social Media (que se podría traducir en Cómo afectan las redes sociales a tu cerebro) de Susan Greenfield, un 80% de los usuarios centra el uso de las redes sociales en hablar de sí mismo, de lo que le ocurre, de cómo se siente o de qué problemas le preocupan. Esto puede derivar en un narcisismo y en falta de empatía con los problemas de los demás.
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