Paul Vildrac, hombre de cuarenta y cinco años contó que en 1942 huyó del conflicto militar global debido a que esta situación lo perjudicó, arrebatándole la vida a su gran amor ‘Anne Marie’, a la mujer que había amado con pasión, casi con delirio.
Según cuenta, llegando a Bogotá (Colombia) era un hombre solitario, angustiado, deprimido y al borde del suicidio, así permaneció durante un año y varios meses, después contó que en medio de su desesperación y ansias de volver a sentir un cuerpo cerca al suyo, buscó refugio en un burdel y se hizo cliente de allí.
Después de tres años, pese a que Paul se encontraba en dicha situación, afirma que encuentra una salida de su abatimiento guiándose por el alquimista Paracelso el cual con sus textos lo impulsó a realizar actividades en las que estudió y se ejercitó en la meditación profunda a lo que muchos autores llaman ‘la segunda visión’, allí Paul Vildrac se define como un hombre el cual va por la vida llorando de amor y de ternura ante el Universo.
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