Las redes sociales tienen muchas características que hacen que sea muy sencillo generar una adicción hacia ellas. Al igual que ocurre con el juego, por ejemplo, estas plataformas nos dan estímulos positivos de manera intermitente, lo que provoca que cada vez más personas se estén volviendo dependientes de ellas. En las redes sociales más utilizadas, uno de los comportamientos más habituales es tratar de conseguir atención por parte de otras personas. Esto puede darse en forma de likes, retweets, o con la obtención de nuevos seguidores. La atención que se recibe de esta manera es muy adictiva, y puede acabar generando todo tipo de problemas. Así, las personas más atrapadas por las redes sociales o con una personalidad más adictiva pueden utilizar gran parte de su tiempo en intentar conseguir atención por parte de otras personas en Internet. Si no son capaces de obtenerla, pueden incluso experimentar síntomas depresivos, ira o falta de autoestima.
Debido a varios factores, el uso intensivo de las redes sociales puede afectar de manera muy negativa al estado de ánimo de las personas. Aunque este riesgo está asociado en cierta manera al anterior, no siempre se da junto a la adicción. Por lo tanto, es necesario estudiarlo por separado. Por un lado, los refuerzos positivos obtenidos en las redes sociales activan los mecanismos de recompensa del cerebro de manera muy intensa. Debido a ello, el resto de actividades parecen menos positivas en comparación. Esto puede llevar a desarrollar anhedonia o falta de interés por las ocupaciones cotidianas, uno de los principales síntomas de depresión. Además, las redes sociales crean el hábito de comparar constantemente nuestra vida con la de otras personas. Por lo general, en estas plataformas solo se muestran los aspectos positivos de nuestra existencia, por lo que normalmente nuestro propio día a día parece poco emocionante en comparación. Esto afecta negativamente a nuestra autoestima.
Este riesgo de las redes sociales es especialmente importante en el caso de los adolescentes y jóvenes que las utilizan. A menudo, cuando un usuario sube una fotografía o realiza una publicación, lo único que tiene en mente es la atención que va a conseguir de manera inmediata; pero las consecuencias a largo plazo pueden ser muy negativas. Uno de los principales problemas de las redes sociales es que toda la información que se sube a ellas queda registrada, y cualquiera puede encontrarla. Por lo tanto, en algunas situaciones como durante una búsqueda de empleo o al intentar ser admitido en una Universidad, algunas publicaciones pueden llegar a ser problemáticas. Por ejemplo, un posible empleador que esté revisando el Facebook de uno de sus candidatos puede decidir no contratarle si el perfil está lleno de fotografías en situaciones poco profesionales, como de fiesta, en actitudes peligrosas o con atuendos no adecuados para dar una imagen de responsabilidad.
El auge de las redes sociales ha hecho que una gran cantidad de empresas se decida a utilizarlas para promocionar sus servicios y productos. Así, en plataformas como Facebook, Instagram o Twitter es posible encontrar ofertas y descuentos muy interesantes que no están en ninguna otra parte. Por desgracia, esto también ha provocado que algunas personas se decidan a crear estafas simulando ofrecer productos a muy buen precio. A pesar de que las redes sociales tratan de localizar y eliminar estos timos, la realidad es que siguen surgiendo constantemente y es muy poco probable que se puedan evitar del todo. Una de las estafas más comunes consiste en crear una página web falsa ofreciendo una oferta irresistible, y promocionarla en una red social. Cuando una persona decide hacer una compra allí, los datos de su tarjeta son copiados y se utilizan para realizar transacciones fraudulentas con ella.
Generalmente no nos damos cuenta de ello, pero al utilizar las redes sociales de manera constante estamos subiendo a la red gran cantidad de datos personales a los que cualquiera puede acceder. Supuestamente, están protegidos contra filtraciones; pero en los últimos años ha habido varios escándalos sobre este tema. Así, por ejemplo, Facebook ha sido acusado de vender datos personales de sus usuarios a grandes empresas para que estas los utilicen en sus esfuerzos de márketing. Aunque no se sabe si realmente esto sucede, lo más inteligente es tratar de subir la menor cantidad posible de información personal a estas plataformas.
Uno de los mayores riesgos para los jóvenes y adolescentes que utilizan redes sociales a diario es el acoso digital. Debido a la libertad y anonimidad que ofrecen estos medios, cualquiera puede crearse una cuenta falsa y dedicarse a hacer bullying a otra persona que no le guste o con la que tenga algún problema. A pesar de que a primera vista el ciberbullying no parece tan dañino como el que ocurre en la vida real, sus consecuencias pueden ser muy negativas. Entre otras cosas, provoca falta de autoestima, aislamiento, depresión y miedo. Se trata, además, de un problema que puede ser muy difícil de detectar y de regular.
Como ya hemos visto en el primer punto, uno de los mayores peligros de las redes sociales es que pueden llegar a ser muy adictivas. Sin embargo, un efecto secundario de estas plataformas que todavía no hemos mencionado es el riesgo de engancharse hasta tal punto a ellas que se descuiden otras áreas de la vida. Las redes sociales ofrecen recompensas inmediatas: con tan solo pulsar unos pocos botones, se reciben atención y estimulación infintas. En cambio, realizar tareas importantes por lo general requiere esfuerzo, y las recompensas no suelen ser tan aparentes ni tan rápidas. Por ello, las personas que se enganchan a las redes sociales suelen descuidar otros ámbitos de su día a día. En los casos más extremos, esto puede provocar que se acaben sufriendo problemas serios en áreas como la salud, el trabajo o las relaciones personales.
Uno de los aspectos más peligrosos de las redes sociales son los vídeos o posts virales. Se trata de publicaciones que alcanzan millones de visitas y de likes; pero generalmente, para lograrlo suelen implicar algún tipo de comportamiento extremo o peligroso. El problema viene cuando una persona normal intenta imitar lo que ve en un vídeo viral para llamar también la atención, o trata de realizar alguna hazaña similar. Si se trata de alguien sin mucha experiencia, los comportamientos relacionados con este tipo de publicaciones pueden llegar a ser extremadamente arriesgados. En los últimos años, hemos visto ejemplos de comportamientos extremos y temerarios como el famoso balconing (saltar desde un balcón a una piscina situada varios pisos más abajo), o los retos de Internet como el Kiki Challenge que acabó con varias víctimas en el hospital debido a que estas saltaban de coches en marcha para realizarlo.
Uno de los principales puntos a favor de las redes sociales es que permiten expresar cualquier punto de vista, de tal manera que podemos exponernos a otras opiniones. Por desgracia, esto también implica que aquellas visiones del mundo más dañinas también pueden encontrar su hueco en estas plataformas. El problema viene cuando un adolescente, que aún no ha desarrollado por completo su capacidad de crítica y análisis, se ve expuesto a estas opiniones extremas. Cuando esto ocurre, es muy probable que sea arrastrado por ellas y acabe gestando ideas dañinas o incluso peligrosas.
El último de los peligros de las redes sociales que vamos a ver es el riesgo de que cualquier persona se haga pasar por nosotros en una de estas plataformas. Las redes no utilizan mecanismos eficaces para verificar que si la cuenta que creamos es real o no; por lo que cualquiera puede suplantar la identidad de otra persona con facilidad. Así, si alguien quiere hacernos daño o destruir nuestra reputación, es relativamente sencillo que coja algunas de nuestras fotos sin permiso, cree una cuenta falsa, y empiece a difundir información falsa sobre nosotros. Estos fraudes pueden ser muy complicados de detectar, y aún más de resolver.
http://ultimasnoticias.com.ve/noticias/tecnologia/peligros-en-las-redes-sociales/
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Demasiado útilpublicada el ( 30 jun 2020 ) por Magally |
Para tener mucho cuidado y precaución. |
Nunca se sabepublicada el ( 30 jun 2020 ) por Isabella Gal Lino |
Creo que una de las mejores formas de evitar todos los problemas mencionados es desconfiar de todo y todos. Es mejor negar cualquier cosa y no creer todas para evitar depresión y timos. Muy buen artículo real e informativo. |