La Organización le las Naciones Unidas (ONU) acaba de publicar su informe sobre “Libertad de religión o creencias”, que preparó su Relator especial Ahmed Shaheed. En este documento la ONU concluye que la religión en general -y la cristiana, por ende- es un enemigo de los derechos humanos.
No es ningún secreto que para los onuístas la ONU constituya un eficaz sustituto de la religión cristiana. Propone que sus principios y declaraciones sirvan como credos religiosos para todas las personas en el mundo. Este informe de 2020 de Shaheed es muy puntual en sugerir lo anterior, además de considerar los principios cristianos sobre la sexualidad humana como peligrosos y discriminatorios.
Ciertamente, no todas las observaciones del informe son hostiles.