Mi viaje a parís
Celestin Freinet
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Mi viaje a parís

El 22 de julio del 2017, un lunes en la tarde emprendí un viaje hacia parís. Era mi regalo de cumpleaños número XV ofrecido por mi madre, estaba muy emocionada por emprender esta nueva aventura, ya que viajaría yo sola al otro lado del mundo a un lugar totalmente desconocido. El vuelo duró aproximadamente 6 horas, ya que no era un viaje directo. Siendo así, aterricé primero en Madrid (España).

Mayra Ramírez | 29 jul 2020


Allí pase migración y sentía todas las miradas en mí, salí lo más rápido que pude para coger un taxi para poder llegar al hotel y descansar. A la mañana siguiente desperté, me arregle y bajé al restaurante del hotel, la comida era diferente, la textura de las frutas y la falta de sobar me hicieron apreciar las frutas de mi país. La preparación de las carnes frías, la de los caldos, sentía que a todo le faltaba sazón, sin embargo desayuné sin despreciar la comida y subí a mi habitación, empaque y organice un poco mi maleta. Salí del hotel y cogí un taxi que me llevó hasta la estación de buses ya que primero tenía que visitar a mi familia en Córdoba (España).

El viaje se me hizo eterno puesto que las carreteras allá son distintas a las de mi país, son rectas y no tienen montañas así que no sentías ningún movimiento por parte del bus y el horizonte no era muy llamativo, todo era plano y seco. Las personas que VIAJE estaban en el bus respetaban su número de asientos, no desplegaba mucho sus sillas para no incomodar a los de atrás, después de casi 10 horas de estar en el bus y tener eventualmente paradas en estacionamientos para comer e ir al baño.

Llegué a la terminal de Córdoba, bajé y vi a mi familia, me saludaron y comenzamos a caminar a la estación de tren, solo fueron 20 minutos de viaje y llegamos a la estación que queda cerca de su casa, me ayudaron con las maletas hasta que por fin llegamos a un apartamento, estaba agotada así del viaje así que descansé y al despertar mire mi teléfono y ya era la 1am (hora-España) pensé que todo estaría cerrado y no podría mirar nada del pueblo, pero me llevé una sorpresa al saber que en pueblo está más vivo en las horas de la mañana que en las horas del día, esto se debía a que las personas en verano, era costumbre encontrar todo cerrado desde la 1pm hasta las 5pm, gracias a que el calor era tan fuerte y picante que dormían en ese plazo de tiempo, por lo tanto las horas de sueño se corrían y todo se habría hasta las 3am.

 

Cuando me enteré de eso decidí salir y recorrer aquel pueblo. Me sentía en una película al ver a los adolescentes salir con sus amigos tan tarde a molestar en las fuentes de los parques, allí mismo había pequeñas capillas donde practicaban budismo y era ilegal tocar esa parte del parque si no pertenecías a esa religión, te podían meter 3 días en la cárcel.

Yo era ignorante frente a eso y no me importó acercarme a aquella capilla, pues había escuchado unos ruidos muy extraños en aquel lugar, en ese momento un extraño me cogió del brazo y me jaló, me advirtió que tuviera cuidado de aquel lugar. Después de casi ser metida a la cárcel recorrí las calles históricas de aquel lugar en donde se podía observar castillos de arena, escrituras en roca y mujeres vestidas perfectamente, la cual no tienen famas de ser hechiceras, se la pasaban dándole a las personas ramas las cuales contenían maldiciones, según los presagios de ese lugar. Estuve 4 días, recorriendo el pueblo y compartiendo con mi familia, después de eso me despedí, era hora de viajar a Barcelona (España). Me dirigí a la estación de tren y regresé a la capital, en el aeropuerto de Madrid fue muy sencillo tomar el vuelo, no hubo problema alguno. Estaba emocionado por conocer las playas de Barcelona, sus iglesias y las escuelas de fútbol. Aterricé en la tarde y tomé un taxi para llegar a mi hotel, dejé mis cosas y me monté a un bus turístico de dos pisos donde recorría todo Barcelona, me bajé del autobús cuando apenas vi el mar, era tan azul como las imágenes de internet y no estaba lleno, deje mis cosas en la playa y me metí al agua, estaba helada y en tan solo al dar dos pasos el agua te llegaba a la cabeza, era totalmente diferente a la playas de Colombia en donde lo profundo está alejado del borde, no dure mucho en el agua, salí y me cambié en los vestidores. Estaban sucios, con mucha arena y bolsas en el suelo.

 

Se hizo de noche, tomé el primer taxi que vi y llegue a mi hotel, cena y la comida era igual de simple que en primer hotel, así que solo comí y me dirigí a mi habitación a dormir, ya que tenía que madrugar para dirigirme a el aeropuerto y viajar hacia París, la verdad no descansé mucho, la emoción de tomar rápido el vuelo y subir a la Torre Eiffel. A la mañana siguiente salí rápido, ni siquiera pasé por el restaurante del hotel, no tenía apetito. Cogí un taxi y me dirigí al aeropuerto y tomé mi avión, al momento de llegar el capital del avión dijo unas cosas en inglés, lo único que entendí fue que ya habíamos llegado, me asomé por la venta y me asombré de lo grande que era la hermosa París, aterrice a las 10am, pasé por el check in y el policía se dirigió a mí, sin embargo yo no le entendí nada así que lo único que hice fue pasarle la carpeta con todos mis documento, permisos y una sonrisa, no recibí la misma respuesta pero nada me arruinaría el viaje, así que tomé el metro del aeropuerto para poder salir de él, dure unos 10 min que fueron como un martirio, del metro se propagaba un olor a sudor horripilante. Cuando puse un pie afuera del aeropuerto sentí una ola de ruido, escuchaba las sirenas de la policía, carros tocando la bocina, ruido de los aviones y el concierto del DJ Marshmello. Solo tenía un día para este viaje, así que organicé mis ideas y en lo primero que pensé fue en subir a la Torre Eiffel, tome rápido un taxi para llegar a mi hotel y comenzar mi aventura, pensaba que iba a ser más rápido pero con el tráfico y una ciudad tan grande llegué a mi hotel a las 12 del mediodía. Siendo así sin tomarme ningún descanso me monté a un barco turístico en el cual te llevaría por el Río Sena y desembarcar en la Torre Eiffel. Visité lugares muy hermosos como el museo más grande del mundo, en el que si quería mirar todas las pinturas podían durar hasta una semana y sus paredes estaban pintadas con unos muñecos muy particulares. En resumen fue un viaje que me hizo apreciar que mi país tiene mucho potencial a nivel turístico, que sus comidas son incomparables, además de sus personas tan carismáticas y el silencio de la naturaleza, que siempre es bueno saber un poco de inglés para poder comunicarse en otros países y ante todo estar al tanto de todas las reglas que te pueden salvar de la cárcel.

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