Crónicas sociales
Corría el año 1969 cuando descubrí que los inmensos árboles de la jungla podían ser asfixiantes y las tonalidades verdosas de sus hojas un motivo suficiente para hundirse en la miseria.
Era un día soleado en la ciudad de Salento, ubicada a la lejanía del oeste de Bogotá, las tiendas se encontraban abiertas a tempranas horas de la mañana y los turistas deambulaban por diferentes puestos de artesanías y comida, como era de costumbre.
El accidente en el laboratorio
En el año inmediatamente anterior se presentó una explosión de una botella de vidrio en el laboratorio del Colegio Celestin Freinet de Chía. Este suceso ocurrió durante una práctica de laboratorio que llevaban a cabo los estudiantes de décimo de ese entonces el 24 de Julio aproximadamente a las 10 de la mañana, todo debido a que en el lugar se tenían unas botellas en las que se estaba fermentando vino artesanal y las cuales debían permanecer en reposo, pero debido a diferentes circunstancias una de ellas se cambió de lugar lo cual ocasionó que posteriormente estallara, dejando aturdidos a todos los presentes y heridos a aproximadamente 6-7 estudiantes.
El día 23 de julio del 2012 fui a dar un paseo con mi familia al pueblo de Guatavita que es muy conocido por la leyenda de El Dorado, por su laguna y sus hermosas artesanías. Ese día estaba haciendo demasiado sol por lo que decidimos ir a comer un helado y de paso sentarnos bajo un árbol para evitar el sol, en ese momento vi como las personas iban a visitar este bello pueblo para dar un paseo a caballo y observar el paisaje. Yo estaba demasiado feliz así que decidí montar en un caballo pero al estar montada en él sentí mucho miedo porque el caballo estaba asustado. De repente me solté del caballo, salió a correr tirándome al suelo dejándome inconsciente.
Un lugar borrado por el tiempo
Esta es una historia que pocos me han de creer, pero que es la razón por la que hago alpinismo y de manera ulterior orografía.
