El concepto de «raza» aparece y se desarrolla en España de manera simultánea a los procesos de conquista del sur de la península ibérica y de América.7?
El Imperio Español en América sostuvo que existían tres razas puras (blanca, negra e indígena) y una serie de «cruzas» entre personas de diferentes razas, también llamadas «castas» (mestizos, chinos, zambos, mulatos, salto atrás, etc.)8?9?
El sistema español de clasificación racial de las personas en América fue una evolución de la doctrina de limpieza de sangre que había aparecido en España en el siglo XIV para segregar en la península ibérica a la población conversa de judíos y musulmanes o moros (judeoconversos y moriscos), creándose una diferenciación entre «cristianos viejos» y «cristianos nuevos».10?11?12?
En América, la clasificación de las personas según su pertenencia racial que hizo el Imperio Español conformara un sistema jerárquico de estratos sociales en el que los hombres blancos estaban en la cima y las mujeres negras en la base, según la pureza o impureza de su sangre que se establecía según su raza o su cruza racial.9?13?14?15?16?
El sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel sostiene que el racismo aparece con la conquista europea de América a partir de 1492 y que es un proceso constitutivo del fenómeno de la colonialidad:
La colonialidad se refiere a un patrón de poder que se inaugura con la expansión colonial europea a partir de 1492 y donde la idea de raza y la jerarquía etno-racial global atraviesa todas las relaciones sociales existentes tales como la sexualidad, género, conocimiento, clase, división internacional del trabajo, epistemología, espiritualidad, etc. y que sigue vigente aún cuando las administraciones coloniales fueron casi erradicadas del planeta.17?
En el siglo XIX, de la mano de los estudios científicos biológicos y antropológicos, se desarrolló una concepción racista con apoyo en la ciencia occidental. Estos estudios científicos sostuvieron que la especie humana estaba dividida en cuatro razas, nombradas a partir del «color» de piel: raza blanca, raza negra, raza amarilla y raza cobriza.
El racismo científico europeo fue intensamente usado en la segunda mitad del siglo XIX por las potencias europeas para justificar el colonialismo, jingoísmo y genocidio, en varias partes de América, África, Asia y Oceanía. Entre ellas puede mencionarse el «reparto de África» legalizado en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, en la que doce países europeos, el Imperio otomano y los Estados Unidos se consideraron a sí mismos con derechos territoriales exclusivos sobre el continente africano, ignorando a los pueblos que lo habitaban. Entre otros muchos actos inspirados y legitimados por la filosofía racista pueden mencionarse, la apropiación en 1885 como propiedad privada de Leopoldo II de Bélgica del Estado Libre del Congo, en el que impuso un régimen esclavista y genocida; la conquista de la notable ciudad de Tombuctú por Francia en 1893 y la destrucción de su cultura varias veces centenaria; la conquista y destrucción del Reino de Dahomey en 1894 por Francia; la conquista de Madagascar por Francia en 1895; la conquista y destrucción del Reino de Benín en 1897 por Gran Bretaña; la apropiación por parte del empresario y mercenario británico Cecil Rhodes de lo que a su muerte se llamaría Rhodesia; la Conferencia de Algeciras de 1906, en la que las potencias europeas consideraron que Marruecos debía ser un «protectorado» de España y Francia; la matanza por inanición y envenenamiento del agua de las poblaciones Herero y Namaqua en el Desierto del Namib, entre 1904 y 1907, por parte de los colonizadores alemanes, considerado el primer genocidio del siglo XX; etc.
Durante la colonización, al llegar al territorio norteamericano, Inglaterra utilizó el racismo para facilitar y legalizar la esclavitud. La esclavitud en los Estados Unidos comenzó con esclavos negros africanos y las personas de ascendencia africana y, ocasionalmente, con los amerindios. Una ley de Virginia de 1705 estableció que la esclavitud se aplicaría a aquellas personas de pueblos que no fueran cristianos. La mayoría de los esclavos eran negros, y estaban en poder de los blancos, aunque algunos norteamericanos nativos y negros libres también tenían esclavos. La esclavitud se prohíbe en los Estados Unidos en 1865, luego de la Guerra de Secesión, mediante la Decimotercera Enmienda.
Aun habiéndose eliminado la esclavitud, se siguió practicando la segregación durante casi un siglo, pero, como resultado de la lucha por el Movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos y del apoyo del Presidente John F. Kennedy y de Lyndon Johnson, se firma en 1964 la Ley de Derechos Civiles, en la que se prohíbe la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo y en las instalaciones que sirvieran al público en general («lugares públicos»), y, un año después, en 1965, la Ley de derecho de voto.
La evolución de la ideología racista en la cultura alemana tuvo su máximo desarrollo con el movimiento nacionalsocialista (nazismo), liderado por Adolf Hitler, que obtuvo la adhesión de una gran parte de la población alemana en las décadas de 1930 y 1940, hasta que colapsó con la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en 1945. El nacionalsocialismo surgió como una ideología de superioridad de la llamada «raza blanca» y dentro de ella supremacía de una hipotética «raza aria», de la cual los alemanes, eran considerados su expresión más pura en el siglo XX. El racismo nazi estuvo dirigido principalmente contra las personas de origen judío y en segundo lugar contra las personas pertenecientes al pueblo gitano. El nazismo obtuvo también fuerte adhesión fuera de Alemania, en países como Estados Unidos, donde confluyó con el fuerte desarrollo del racismo estadounidense dirigido especialmente contra la minoría afroamericana; su principal empresario Henry Ford fue seguidor y ardiente difusor de la ideología nazi entre las personas de habla inglesa.
El judío internacional (1920), libro del famoso empresario estadounidense Henry Ford, fue de gran influencia en la expansión mundial del racismo y en la ideología nazi, determinando la persecución y asesinato de los alemanes de origen judío, y luego de otras minorías étnicas como los gitanos. Esta clase de ideas se manifiesta en el desplazamiento, internamiento, y, más tarde, el exterminio sistemático de un número estimado de 11 millones a 12 millones de personas. En medio de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente la mitad de esas víctimas son judíos en lo que es históricamente recordado como el Holocausto (Shoah), y otro grupo enorme de 100 000-1 000 000 de gitanos, que fueron asesinados en el Porraimos u «holocausto de los gitanos».
El apartheid fue un régimen de segregación racial implantado en Sudáfrica por colonizadores neerlandeses bóer o afrikaner, como parte de un régimen más amplio de discriminación política, económica, social y racial, de la minoría blanca de origen europeo sobre la mayoría negra aborigen, derivado a su vez del colonialismo. La palabra apartheid en afrikaner significa «segregación». En Sudáfrica, los colonizadores ingleses y franceses habían impuesto normas de discriminación racial desde comienzos del siglo XIX que continuó con los gobiernos «blancos» bóer.
El apartheid propiamente dicho se inició en 1948 con la toma del poder por parte del Partido Nacional. Este partido decidió implantar un régimen racista que consolidara el poder de la minoría blanca e impidiera el mestizaje de la población. Con ese fin sancionó en 1949 la Ley de Prohibición de Matrimonios Mixtos n.º 55/49, que prohibió los matrimonios de personas consideradas «blancas» con personas consideradas «no blancas». Al año siguiente la separación sexual de los habitantes, según el tono de piel, se completó con la Ley de Inmoralidad n.º 21 de 1950, que reguló la vida sexual de los ciudadanos, prohibiendo la «fornicación ilegal», y «cualquier acto inmoral e indecente» entre una persona blanca y una persona africana, india, o de color. Estas normas implantaron lo que se conoció como «pequeño apartheid».
En 1955 en un congreso llevado a cabo en Kliptown, cerca de Johannesburgo, varias organizaciones opositoras, incluyendo el ANC y el Congreso Indio, formaron una coalición común que adoptó la Proclama de Libertad, con el fin de establecer un Estado sin discriminación racial. Las luchas anti racistas fueron severamente reprimidas por el régimen bóer, incluyendo matanzas y detenciones masivas. Entre los líderes negros detenidos se encontraba Nelson Mandela que permaneció preso durante 27 años (1963-1990).
Estados Unidos y los países de Europa Occidental toleraron el apartheid durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, debido a que Sudáfrica había adoptado una posición abiertamente anticomunista. Por el contrario, los países del bloque comunista liderado por la Unión Soviética, denunciaron desde un inicio al apartheid como un régimen racista incompatible con los derechos humanos. A partir de la década de 1970, el régimen sudafricano comenzó a ser rechazado por la opinión pública mundial y la mayor parte de la comunidad internacional, y su apoyo comenzó a limitarse a los Estados Unidos, Israel y las dictaduras iberoamericanas de ese momento (Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, etc).
Los conceptos de raza, nación y clase han sido elementos centrales para diversas interpretaciones y respuestas a la opresión sudafricana. Asimismo, destacan el papel de elementos que considera centrales para explicar este fenómeno de la opresión, como sería el caso de la ideología. En el caso sudafricano se destaca el enfoque racial que ha derivado en la exclusión de los blancos de las luchas de liberación contemporánea y enfatizan la educación política sobre la organización (A. W. Marx, 1991).[2]
De acuerdo con María Dolores París Pombo, en su artículo titulado "Estudios sobre el racismo en América Latina",18? publicado a través del Departamento de Relaciones Sociales, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, se pueden distinguir dos tipos de ideología racista en América Latina, los cuales tienen orígenes históricos distintos:
1. Por un lado se puede hablar de un racismo que se origina tras la migración forzada a América Latina de poblaciones africanas y en la esclavitud.
2. La cual se basa en una ideología neocolonial elaborada en torno a la imagen del indígena.
En la actualidad, la región no cuenta con ningún grupo que se autodenomine de forma oficial como racista y difunda sus "creencias" o perspectivas con este enfoque de manera expresa; sino que este tipo de personas se manifiestan de forma más difusa en diversos estratos sociales, donde se encuentran presentes de forma cotidiana las categorías raciales como base para la valoración sociocultural.19?
Asimismo estas pueden verse reflejadas en elementos cotidianos y comúnmente aceptados por la población en general como en el caso de la presencia de referencias estéticas muy marcadas dentro de la publicidad, en los medios de comunicación, en las relaciones interpersonales, familiares, etc. hasta formas de referirse al aspecto físico de las personas en el mercado laboral: la "buena presentación" necesaria para ocupar puestos que implican contacto directo con clientes o el público en general. En estos casos, suele ocurrir que aquel individuo clasificado como "el indígena" o "el negro", tiene menores posibilidades de ascender en el ámbito laboral, el acceso a puestos políticos importantes en el ámbito nacional, desempeño educativo o el éxito cultural.19?
El origen del racismo en Ecuador se da en la época de la conquista, es decir entre los siglos XV y XVI, ya que en estos siglos se establecieron relaciones de dominación política y subordinación socio-cultural. Desde ese momento los grupos no europeos son considerados inferiores y no racionales de acuerdo a su tradición cultural y a sus características físicas20?.
En la sociedad ecuatoriana existe en el imaginario social, a manera de patrones de comportamiento que posibilitan la segregación de personas étnica y racialmente diferentes . Esta segregación en la mayoría de los casos se da por el prejuicio social o por el objetivo de preservar el estatus quo que es manejado por un grupo demográficamente mayoritario que maneja distintos puestos de poder dentro de la sociedad. En el Ecuador no existen legislaciones que legitimen el racismo, pero tiene prácticas que, si lo hacen y además han sido justificadas desde las instituciones estatales, gubernamentales y por los medios de comunicación21?.
Todo esto se debe a que el proceso de construcción de la identidad ecuatoriana se ha estructurado erróneamente a base del color de la piel y la apariencia física. Esto es respaldado gracias a que en la imagen publicitaria siempre se impone el ideal del “blanco” que no representa la realidad ecuatoriana . A manera de construcción del sentido de nación ecuatoriana ha sido un proceso contradictorio ya que por un lado se promueve la noción de ciudadanía, participación e igualdad constitucional, pero, por otro lado, en la práctica, se mantiene la intolerancia étnico-cultural hacia los grupos indígenas y afro-ecuatorianos22?.
La variedad socio cultural de Ecuador ha generado un sistema de clasificación en lo que se considera “normal” y que los grupos como los afros ecuatorianos o los indígenas no entran en la escala de normalidad. Esta práctica es el “etno-centrismo” que es parte de todo grupo socio cultural, sin embargo, este proceso se vuelve negativo cuando se ve las diferencias físicas del otro con intolerancia y se vuelve realmente negativo cuando se intenta eliminar estas diferencias, o, por ende, eliminar a los grupos sociales que corresponden a las características del otro 23?.
La discriminación y el racismo contra los afroecuatorianos están relacionados con la pobreza y exclusión. Según el PRODEPINE el 92.7% de ellos no tienen acceso a los servicios básicos. El censo del 2001 revela que este pueblo registra un índice de NBI superior al 70% frente al 45% de los blancos y del 61.3% nacional, su analfabetismo supera el 10.5% frente al 5% de los blancos y 9% nacional. Mientras que la tasa de asistencia a la universidad apenas no supera 7 puntos respecto a 19 de los jóvenes blancos y de 14 del promedio nacional.
Actualmente existe un reconocimiento pluricultural y multi-étnico en Ecuador, aunque se mantienen estructuras del Estado unitario ecuatoriano que hace imposible el ejercicio del derecho a la diferencia cultural y la constitución de una sociedad intercultural. Se mantiene un discurso de pluriculturalidad que es utilizado por los grupos dominantes como una estrategia de usurpación simbólica 24?.
En muchos países hoy en día está penalizado el racismo desde penas menores hasta mayores, considerando esta discriminación como delito, lo mismo que sucede por orientación sexual, cultural u otra característica. Algunos la penalizan con sanciones como puede ser el cobro de multas con dinero o hasta penas privativas de la libertad.
Miguel Hidalgo y Costilla, padre de la patria mexicana, emitió el Decreto contra la esclavitud, las gabelas y el papel sellado el 6 de diciembre de 1810 en la ciudad de Guadalajara, aboliendo la esclavitud.
En España no se abolió totalmente la esclavitud hasta el 7 de octubre de 1886. Si bien en el territorio peninsular se abolió en 1838, persistió y se toleró legalmente en las colonias amparada por la presión de las «Ligas Nacionales» que la defendían con argumentos patrióticos, hasta la creación de la figura transitoria del patronato y su definitiva abolición en 1886.[cita requerida]
La esclavitud se prohíbe en los Estados Unidos de América en 1864 luego de la Guerra de Secesión mediante la Decimotercera Enmienda.
La segregación o separación racial es la separación de espacios, servicios y leyes para las personas de acuerdo a su ascendencia. Fue practicada en muchos lugares del mundo hasta mediados del siglo XX.
En 1868 que se derogaron las leyes segregacionistas que limitaban los derechos civiles de los afrocubanos bajo las antiguas Leyes de Indias, hasta entonces el código legal vigente en Cuba, con la abolición de los Estatutos de limpieza de sangre.
En los Estados Unidos, se prohíbe en 1964 la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo e instalaciones que sirvan al público en general («lugares públicos») y en 1965 la Ley de derecho de voto.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948, indica que "toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza", siendo uno de los documentos más relevantes contrarios a la discriminación y segregación racial.
Es gracias al avance de las diferentes ciencias y al retroceso progresivo del oscurantismo social, moral y religioso, que desde el último cuarto del Siglo XX, existe un estigma social asociado con los que se describen a sí mismos como racistas. Las causas son varias, incluido el progreso social y tecnológico, pero principalmente la atención generada por los crímenes cometidos por británicos y españoles contra los habitantes de las Antillas y las Américas, el comercio de las naciones europeas con esclavos africanos, norteamericanos contra las naciones amerindias del continente, los turcos con el exterminio de los armenios, o con Alemania nazi contra judíos, gitanos y otros, y el horror causado por el Japón imperial en Corea, China y otros lugares, y los avances en las conquistas sociopolíticas de los afroamericanos en EE. UU.
Así que la identificación de un grupo o persona como racista tiene una carga de valor sumamente negativa. El último país en declararse oficialmente racista ha sido Sudáfrica que en 1990 modificó su sistema de apartheid por presiones internas y externas.
La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (1948) y la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965) son los instrumentos internacionales fundamentales para comprender la aspiración humana de erradicar el racismo. Con el objeto de reafirmar el compromiso de los Estados con la eliminación de la discriminación racial y la realización efectiva del principio de igualdad en la región en el marco del Cuadragésimo Tercer Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos se lleva a cabo la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas e Intolerancia (2013), este instrumento consolida estándares internacionales en la materia, y avanza en la definición legal de formas contemporáneas de racismo.
El concepto de raza, como demostración de la superioridad o inferioridad de ciertos grupos humanos, evolucionó progresivamente durante ese periodo hasta niveles muy sofisticados y eruditos para convertirse en una verdadera pseudociencia que más recientemente adquirió nombres como «etnografía» o «antropología física». El auge de estas doctrinas ideológicas disfrazadas de ciencia no han sido insignificantes y han resultado en regímenes tan destructivos como la Alemania Nazi o el Apartheid.
Según el terapeuta estadounidense Albert Ellis desde la psicología cognitiva, el racismo es un mecanismo de prejuicios que surgen por conveniencia, para discriminar, descartar o dominar a otras personas o aceptarlas preferentemente, sin tener remordimientos y sin reflexionar si eso bueno o malo o si es una opinión subjetivo u objetiva. Ordinariamente es una actitud hostil o favorable hacia una persona que pertenece a un grupo social. En la mayor parte de los casos se da por hecho que existe una inferioridad natural o genética en el grupo segregado, o bien, una circunstancia cualquiera que estable la inferioridad de sus integrantes. También es común se ponga un acento en las diferencias culturales, lo que explicaría la inferioridad o superioridad de los otros. Se tratan de alteraciones en la mente humana que son moderadamente difíciles de eliminar y llevan a una distorsión de la percepción o a una distorsión cognitiva, a un juicio impreciso o a una interpretación ilógica. Según la psicología cognitiva, el racismo es un apasionamiento subjetivo a favor o en contra de algo sin que existan argumentos suficientes para sustentar esta posición. Un sesgo es un error en el procesamiento de la información y hace que las personas tengan distorsiones cognitivas. Para poner a prueba las ideas racistas las personas deben someter a sus propios pensamientos a la prueba de la racionalidad, funcionalidad y objetividad.
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