La Segunda Guerra Mundial reveló a la humanidad los nuevos niveles y capacidad de destrucción masiva que habían alcanzado las potencias militares con orientaciones ideológicas diversas. Un excesivo poder de una sola nación fue capaz de arrastrar a muchas otras a una locura colectiva de muerte y destrucción, que pudo llegar incluso a poner en riesgo la subsistencia de la especie humana.
Como forma de construir un escenario de equilibrio y control entre naciones, estas decidieron en octubre de 1945 construir de una serie de normativas de carácter absoluto que protegieran la vida humana en todos los ámbitos, bajo este ideal se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que posteriormente redactó la declaración internacional de los derechos humanos en 1948, acta que ha sido firmada y apoyada por 193 de 194 países, con excepción del Vaticano que cumple función de observador.
Desde ese entonces la ONU ha buscado regular y evitar el desarrollo de guerras y/o conflictos bélicos a nivel internacional y nacional, actuando como mediador entre las partes, sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, múltiples conflictos internos han aparecido en diversas partes del mundo, dejando poblaciones afectadas a su paso que son auxiliadas y apoyadas por órganos de la ONU como el Alto Comisionario de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que les brinda alimentos de primera necesidad, alimento a los refugiados, es decir a personas que buscan escapar del conflicto presente en la geográfica de la que provienen y otras organizaciones no gubernamentales internacionales como la Cruz Roja que busca brindar la mayor cantidad apoyo médico a los heridos durante los conflictos.
En la actualidad los conflictos bélicos son una realidad en muchos países, se dan por múltiples razones que usualmente son ideológicas y /o políticas. Un claro ejemplo de lo explicado anteriormente es la guerra Siria que comenzó el 2011 por protestas violentas en contra del gobierno de Bashar al Asad, que fueron reprendidas violentamente por parte de la fuerza pública siria, el descontento llevó al conflicto, a partir de este surgió un guerra civil que hasta la fecha de hoy (2020) todavía no ha terminado, en el cual han muerto más de 380.000 personas según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en su último reporte el 14 de marzo de 2020, y en la cual han surgido agrupaciones extremistas como el grupo Al Qaeda que promueven la violencia como medio de propagación de ideas.
Añadido a esta problemática, las partes del conflicto en guerra como la guerra Siria, han llegado a ignorar las limitaciones armamentísticas a nivel internacional y terminan así violando los derechos de las personas que se ven afectadas directamente por estos ataques indiscriminados como por el ejemplo el ocurrido en Duma en el año 2018 cuando se hizo uso de armas con gas sarín (armas químicas), que causaron la muerte de más de 42 personas y que además implica un daño o afectación al medio ambiente cercano. En conclusión, podemos afirmar que a pesar de la existencia de los DIDH y DIH y su reconocimiento a nivel internacional, estos son ignorados fácilmente durante los conflictos internos, por los intereses de los grupos involucrados en el conflicto.
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