Primer gobierno de Antonio López de Santa Anna, Valentín Gómez Farías y las primeras reformas liberales.

Antonio López de Santa Anna presidente es nombrado este 1 de abril de 1833 junto a su vicepresidencia con Valentín Gómez Farías. Esta elección resultante del presidente da paso a próximos periodos de gobierno. Cabe destacar que el mandatario mexicano decide retirarse por reporte de enfermedad.

Debido a esta situación nuestro país se está viendo obligado a suplir a nuestro presidente por Valentín Gómez Farías quien lo reemplazará en cualquier aspecto político como titular de la presidencia de México ya que, según los reportes, el presidente Antonio López prefirió ir a su hacienda en Veracruz.

Ante esto el presidente Gómez Farías trata de llevar esta situación con cambios radicales a la estructura de nuestro país debido a su estado socio-político en el que se encuentra actualmente, para ello se establecerán las llamadas reformas liberales que fueron aprobadas por el congreso de México hace apenas unos meses.

Estas leyes se aplicarán sobre todo a los que gozan privilegios como la iglesia y el ejército militar, estarán vigentes de 1833 y están destinadas a eliminar los regazos institucionales de la colonia y las instituciones conservadoras.

1. Las principales leyes que establece son suspensión de las ordenes monásticas (que rigen los monasterios)
2. supresión al pago de diezmos a la iglesia, quedando a voluntad de cada persona de sus pagos.
3. Se instituye el matrimonio civil. 
4. Abolición de los privilegios que venían gozando el clero y el ejército.
5. Se introduce la libertad de expresión y prensa.
6. El monopolio educativo de la Iglesia fue cesado. Fue suspendida la Universidad Pontificia de México y se creó la Dirección General de Instrucción Pública.
7. Se crean milicias populares en los estados en sustitución de los cuerpos militares eliminados.
8. Los bienes del clero son desamortizados en vista de los compromisos de pago de deuda que tenía de la república.

Según el presidente es estas leyes buscan la abolición de los privilegios de la iglesia y el ejército; supresión de las órdenes monásticas y de todas las leyes que autorizaban a la iglesia a participar en negocios sobre la población; afirmación de la deuda pública y su liquidación; fomentar la propiedad territorial y sacar de la decadencia,  facilitar los medios para mejorar a las clases indígenas; mejorar la educación de las clases populares, cesando el privilegio de la iglesia en la enseñanza de nuestros jóvenes y niños.

Para nuestra mala suerte estas leyes se hubieran prolongado aún más tiempo para beneficiar el estado actual en el cual nos entrecomamos, si no fuese por el presidente Antonio López de Santa Anna quien retomo el mando para que Valentín Gómez Farías fuera destituido ante las múltiples quejas de la iglesia y el ejército quienes se ven afectados por estas leyes reformistas que les quitan poder.

Su mandato y la aplicación de las leyes únicamente se estableció por un corto periodo ya que el presidente Antonio López de Santa Anna sufrió afectaciones y no le convenía para el estado en el que quería estar.