Estudiar el proceso de independencia de la Nueva España es un tema importante, que se debe interpretar dentro de un contexto que vivieron simultáneamente los demás virreinatos (del Perú, de Río de la Plata y de Nueva Granada), aunque sus fechas de independencia fueron diferentes. Sin embargo, cuando España es conquistada por Francia (invasión Napoleónica), y sufre los efectos de una dominación, inicia su propia lucha de independencia por liberarse de la opresión francesa y de alguna forma las colonias o virreinatos apoyaron a España en su lucha por su independencia, con la finalidad de que las propias colonias no se convirtieran en parte del imperio francés y después este apoyo se transformó en una lucha por liberarse de España, es decir no depender de ningún otro Estado.
Reformas de Carlos IV.
Para 1786 llegó al trono de Carlos IV, la economía novohispana se vio frenada, debido a que la Real Hacienda, había extraído en exceso recursos fiscales de sus colonias y comenzó a recurrir a préstamos y donativos con motivo de conflictos internacionales, esta situación perjudicó a la mayor parte de la población, ya que nulificó las posibilidades del crecimiento económico futuro de la colonia[93], por ejemplo: los efectos en Europa causaron la interrupción de los viajes marítimos y que perjudicaron principalmente las minas, por la falta de azogue, fierro, acero y demás materias primas necesarias para el funcionamiento de esta actividad. El 4 de diciembre de 1786, con la instalación de las intendencias como resultado de las reformas borbónicas el rey Carlos III firmó la Real Ordenanza de Intendentes de Ejército y Provincia de Nueva-España, que creó doce intendencias en el Virreinato colonial, reemplazando a los corregimientos, alcaldías mayores y otras jurisdicciones. Con esto se organizó la política que sirvió para un mejor control en la recaudación de bienes y se tomó como referencia para su asentamiento los lugares con mayor producción minera.
ANTECEDENTES ECONÓMICOS.
La economía es un factor determinante para el desarrollo y crecimiento social en todos los aspectos de una población ya que sin una buena administración de los ingresos sería imposible el sustento de la misma. En el siglo XVIII España parecía mantener en orden su reinado, el cual obtenía su tranquilidad económica de sus colonias y la Nueva España fue la colonia que brindó durante casi trescientos años el 70% de los ingresos de las rentas para el sustento de la Corona, con productos de la minería, agricultura y ganadería. En esos tiempos los novohispanos se apreciaban satisfechos y efectuaron un recuento cuidadoso de sus haberes que no solo comprendían sus recursos y posibilidades naturales e industriales, sino también la riqueza espiritual, según Alejandro Humboldt en su estudio recopilado de los criollos, la prosperidad real, incrementada por la imaginación, dando un optimismo general.
ANTECEDENTES RELIGIOSOS.
La fe católica como muchos otros aspectos de nuestra cultura nacional mexicana pasó por el proceso de imposición, apropiado y propio[15]; en el cual la cultura dominada poco a poco la adopto bajo características particulares. Así elementos que una vez nos fueron ajenos, ahora son fundamentales para identificarnos como mexicanos y además son el rostro con el que nos proyectamos como un país hermanado, ante el extranjero.
Conquista y religión.Al tener España una larga historia católica, los españoles se consideraban defensores del catolicismo. Después del descubrimiento de un nuevo territorio, surgió el problema por la obtención de la supremacía sobre las nuevas tierras para obtener recursos económicos entre España y Portugal, de esta manera para evitar una confrontación entre ambos países, el Papa Alejandro VI delimitó las zonas de acción de cada país, mediante el “Tratado de Tordesillas”, con la condición de que se evangelizara el nuevo territorio.
Agricultura.
La agricultura, al igual que la minería se ve perjudicada por la misma problemática política que entorpeció los progresos de la industria y aunque contaba con suelos fértiles, no se podía aprovechar al máximo, debido a que estos eran propiedad de grandes terratenientes que no daban el uso correcto para el que estaban destinados, por lo cual su desarrollo fue de manera precaria y muy lenta por la acción de un conjunto de factores, debido a que en la Nueva España se producía solo lo indispensable para un bienio, esto por la ausencia de almacenes para los productos.
Con frecuencia existían sequías por cambios climáticos, pero lo que más afectó fue la mala distribución de las tierras ya que la mayoría estaban bajo el control del clero, quien se conformaba con recibir las rentas de las hipotecas obtenidas de los préstamos realizados a los productores, que en su mayoría no podían cubrir las deudas y por la prohibición de cultivos como: la vid, olivo, lino y la cría del gusano de seda que perjudicó aún más, la riqueza agrícola cobró importancia principalmente en la segunda mitad del siglo XVIII. Si se recuerda que la Iglesia llegó a tener inversiones de 44.5% de las hipotecas en la Nueva España, principalmente sobre fines agrícolas, donde el valor de las mismas era de un aproximado de 100 millones de pesos.
Industria.
En cuanto al intento para desarrollar la industria en América, este equivalía a atacar la economía española y poner en entredicho el pacto metrópoli-colonia, sin embargo, estos principios de política general tuvieron que adaptarse a las condiciones reales por las que atravesaban tanto las colonias como España. En la Nueva España la industria más prometedora fue la del refinamiento de azúcar y aguardientes en el valle de Morelos y en las costas de Veracruz. Para 1803 la manufactura de hilados y tejidos basada en la seda, el algodón y la lana creció también a contracorriente de la política de la metrópoli y para el siglo XVIII obedeció a causas que escaparon al control de la Corona. Fue en la región del Bajío, en el obispado de Michoacán, la zona de Guadalajara y Norte de Durango, Arizpe y Nuevo México, donde surgieron los principales centros manufactureros de lana próximos a las zonas mineras, permitiendo conocer la relación que existe entre los diferentes sectores de producción, los cuales tuvieron sus orígenes modestos pero expansivos iniciados por los indígenas con el telar de cintura, que más tarde recibieron la visita creciente de intermediarios mestizos quienes las revendían en las ferias, centros mineros y urbanos.
En sí, la manufactura de textiles de algodón, dejó de ser una actividad casera y limitada y se convirtió en una industria, rudimentaria pero orientada al consumo general, al mercado de las ciudades, de los centros mineros y de las haciendas. Otro hecho que no permitió el crecimiento de la manufactura fue la política seguida por la metrópoli, debido a los altos precios establecidos en la misma. Las guerras libradas entre España con otras potencias europeas en las décadas de 1790-1800, crearon una coyuntura favorable para la expansión de las manufacturas de algodón y de lana.
Ganadería.
A raíz de la importación de animales de Cuba y demás islas pobladas, se conformó poco a poco la crianza de aves de corral como gallinas, guajolotes (ya existía en el continente americano), gansos y diferentes tipos de patos, estas aves fueron en definitiva de uso doméstico y no se criaron en granjas a gran escala, como el cerdo, el ganado vacuno, caprino y ovino, de los cuales se explotó la carne, piel, lana, hueso, grasa entre otros productos que se comercializaban y exportaban a España.
ANTECEDENTES SOCIALES.
La sociedad novohispana fue una mezcla de diversas razas y culturas que dieron como origen una población muy particular, y que desde principios de la conquista del territorio de ultramar comenzó a sufrir sus primero cambios, desde la existencia de las culturas precolombinas había combinados entre las diversas regiones, todos estos datos tomados de la vida de la Malinche que en sus supuestos orígenes era de la cultura nahua, vendida como esclava en la zona maya. Desde el principio de la empresa de Hernán Cortés comenzó la repartición de las mujeres a sus soldados y aquí comienza a gestarse la base de la que tiempo después se nombrará sociedad novohispana, pues durante estos años de conquista se tienen datos de la mezcla de la sangre peninsular con la americana, como producto se conoce como mestizos, y conformarán el grueso de la población durante los tres siglos de dominio español.
La mezcla de las diversas castas trajo consigo gran desigualdad, pues dependiendo del origen o raíces de cada individuo de la sociedad, eran los derechos y sobre todo las oportunidades para mejorar su calidad de vida, por lo anterior, comenzaron a darse las primeras leyes de indias que buscaron brindar hasta cierto punto un estado de derecho a los indios, sin embargo, en la práctica no fue así ya que los intereses de los peninsulares superaron la aplicación de dichas leyes, buen ejemplo de ello son las palabras de Alejandro de Humboldt quien califica a los españoles como unos conquistadores ansiosos de sacar fruto de sus hazañas. A partir de esta distinción existente entre las clases sociales, se dieron las primeras manifestaciones sociales de distintas formas como es el movimiento criollo o intelectual (a través de impresos) que veremos más adelante.
CONCLUSIÓN.
El proceso de independencia iniciado en México al inicio del siglo XI de la cronología de revoluciones de las colonias europeas en el continente americano y en el complejo escenario internacional resultante de la transformación política europea durante el siglo XVIII,A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, se produce en Nueva España la etapa de mayor prosperidad, debido principalmente a la explotación minera en Guanajuato y Zacatecas, y se desarrollan también las industrias vinícola y textil. El primer dominio de España en el continente americano constituyó su principal sustento económico y la producción de plata llamó la atención del mercado internacional, este período de auge hizo desarrollar en Nueva España cierto optimismo nacionalista, al que se sumaría la influencia de las ideas ilustradas traídas de Europa, factores que coadyuvaron a fomentar la búsqueda de autonomía y la demarcación de la corona española, movimiento que se vio favorecido por la división territorial en intendencias y las Leyes de Indias, dictadas por la dinastía borbónica, durante la cual la monarquía hispánica se vio inmersa en múltiples guerras, que llevaron al hundimiento económico y la crisis dinástica.
Hay que considerar varios aspectos para establecer un contexto del movimiento independentista. Se consideran dentro de las causas externas, la expulsión de la orden jesuita en relación directa con las ideas de la Ilustración, la decadencia del imperio español, la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa y la invasión francesa a España; dentro de las internas señala la desigualdad económica y social de sus habitantes, las limitaciones del mercado y de industria de España a la Nueva España, además de los adelantos progresistas de la colonia. Ello sirvió de contexto para gestar un movimiento revolucionario; en este caso el de lograr la independencia de la corona española. Respecto a lo económico, podemos ver que la Nueva España contaba con una buena producción en los sectores: agrario, minero, industrial y comercial, lo cual le permitió destacar entre las colonias españolas, al aportar una gran cantidad de recursos económicos y naturales que ayudaron a la Corona a mantener gastos innecesarios y ajenos a los novohispanos, como lo fueron los conflictos armados con países europeos, caso concreto Inglaterra, acción que repercutió en su producción por el aumento exagerado en los impuestos establecidos a los diferentes sectores ya citados.
El aspecto político de la Independencia de México, no se da fácilmente, tiene factores tanto internos como externos, que permiten que en la Nueva España, debido a la mala administración por parte de los españoles, originaron conflictos internos, tales como la desigualdad de empleo, donde los cargos entre españoles y criollos, no eran equitativos, mientras que los indios, eran más favorecidos que los mestizos. Todo esto ocasionada que existan conflictos entre españoles-criollos e indios-mestizos, agudizándose las cosas con el tiempo, hasta culminar con la Independencia de México. Una vez lograda la conquista, comenzó una nueva mezcla entre razas diferentes. A pesar de que en los territorios de América la fusión de la sangre entre las distintas culturas que habitaron el país ya se había hecho presente, a la llegada de los peninsulares la combinación se hizo más extensa, lo que derivo en un gran número de castas, que fueron los actores sociales que conformaron la población de la Nueva España desde la llegada de los españoles hasta la consolidación del movimiento criollo, proceso que cimentó los principios de independencia.
La independencia de la Nueva España se forjó como resultado de un movimiento que respondió a la invasión francesa sobre España, que inicialmente se formó como apoyo del virreinato para que España se librara del yugo francés, de este apoyo surgió la idea de que las colonias no dependieran de Francia y mientras no existiera rey en España, no se tenía gobierno que dirigiera la vida de las colonias por lo tanto estas deberían de ser autónomas. Coyuntura que aprovecharon los criollos que se veían perjudicados por lo obstáculos impuestos por los peninsulares en la dirección de todos los campos de desarrollo existentes en el virreinato. La independencia de la Nueva España fue producto de este intento criollo por quitarle el poder a los peninsulares y de esta manera fueron apoyados por las demás castas y clases sociales que fueron los que mayor daño recibían al ser los que soportaban los malos tratos y esclavización. El proceso de independencia fue duro, cruel y se logró a un precio muy alto, pues la colonia no tenía la infraestructura para poder ser autónoma en cuanto a su dirección política y a la diversidad de pensamientos para su establecimiento, pues los protagonistas pelearon por instalar una república federal, central o imperio y al no ponerse de acuerdo continuaron las luchas.
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