Internet, los teléfonos móviles, las redes sociales y el software de edición aumentaron exponencialmente la oferta de contenidos. En un artículo anterior hablamos de las dificultades de la plataforma de streaming Twitch para manejar el aumento de las quejas de las discográficas.
El reclamo de las discográficas tiene sustento jurídico, aunque no deja de ser ridículo ya que la utilización de la música no se hace con fines comerciales, pero hay otros que tienen aún menos sentido.
Si las madres de antes nos reprendían cuando jugábamos con la comida, las de Alemania lo deben hacer cuando sus hijos les sacan fotos.
Una ley del 2013 establece que en el caso de una comida cuidadosamente presentada se considera al chef como el creador y se le debe pedir permiso para subirla a las redes
Parece que varios chefs se habían quejado de que la gente que toma fotos de su comida está robando la propiedad intelectual del restaurante.
Louis Rossman es un youtuber que en su canal enseña a la gente a reparar su propio hardware. Un día no tuvo mejor idea que mostrarle cómo hacerlo a los usuarios de MacBooks.
Apple le envió una carta a Rossman llena de amenazas veladas, acusándolo de violar sus derechos de autor al permitir que la gente vea los esquemas de sus computadoras. Rossman insinuó fuertemente que Apple había amenazado con asaltar el taller de reparaciones que poseía, lo dejó fuera del negocio y cerró su canal de YouTube.
Gracias a la repercusión de los reclamos de Rossman Apple terminó retirando los cargos, pero otros divulgadores con menos repercusión no tuvieron tanta suerte.
En uno de los episodios del programa Padre de familia incluyeron un video de Youtube con los personajes hablando encima del mismo.
No conforme con usar el video sin permiso, Fox presentó cargos por violación de derechos de autor contra la persona que lo subió originalmente. Aunque el video había sido subido siete años antes del episodio de Padre de familia, Fox logro que lo quitaran.
Todas estas historias tienen una moraleja. Las empresas especulan con que el reclamado no va a reaccionar. En cuento este genera algún tipo de respuesta, sea haciéndolo público o recurriendo a una entidad de defensa de derechos digitales, lo más probable es que den marcha atrás.
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