LA ERMITA DE SAN ANTONIO, UN TESORO DE LA RECONQUISTA

En este rinconcito de la Sierra de Cádiz, nos encontramos este maravilloso, singular e histórico monumento en Ubrique.

Nos remontaremos al comienzo de su construcción, allá por el siglo XIV. Su origen está enmarcado dentro del periodo de la conquista cristiana en la España musulmana, concretamente en época nazarí, entre los siglos XIV y XV en la que Ubrique y su región desempeñaron un crucial y valioso papel.

La Ermita de San Antonio, tal y como la conocemos hoy, es casi en su totalidad de los siglos XVIII y XIX. En 1485 la población musulmana de Ubrique fue conquistada y arrasada por Don Rodrigo Ponce de León. En aquel momento se pensó construir la aldea más cerca del agua y más en proporción con los tiempos de lucha que se avecinaba en aquel entonces. Fue este el motivo del porque se fueron trasladando a las faldas de la sierra, exactamente en el casco antiguo de Ubrique.

Por lo que la Ermita de San Antonio en Ubrique, es el templo más antiguo de la localidad, el cual ha ido sufriendo numerosas modificaciones a lo largo de su historia. Durante el paso de sus siglos, su fachada siempre se ha mantenido en pie y es la imagen emblemática que el pueblo ubriqueño lleva como bandera. De ahí que siempre la podamos ver en cada uno de sus carteles, anunciando sus ferias y fiestas, y los conocidos carnavales del municipio. 

Si hablamos de su arquitectura, la Ermita presenta una única nave cubierta por una bóveda de cañón y media naranja en la cabecera. En la parte externa, su característica fachada, que goza de un referente estilístico y monumental, la simbólica imagen de Ubrique. 

¿Verdad que es fascinante todo lo que le envuelve a esta Ermita? No te quedes con las ganas de conocerla desde cerca.