La justicia holandesa ha decidido que ha llegado el momento de actualizar el registro civil para que incluya a hombres, mujeres y los que no encajen en una de las dos categorías al nacer: los intersexuales. Un tribunal de Limburgo (sur del país) ha sentado un precedente al fallar en favor de un demandante intersexual, inscrito en 1961 como varón por sus padres, que pidió en 2001 un cambio del acta oficial para que pusiera mujer. Todavía incómodo, había reclamado a los jueces que reconocieran un “tercer género: neutro”. Este lunes le han dado la razón. De otro modo, señalan, no tendría derecho a su “autodeterminación personal, autonomía y privacidad”.
La identidad del solicitante no ha trascendido, pero sí las líneas generales de su caso. Sus padres le inscribieron como varón porque creyeron que “sería más fácil para su hijo”, en función de los informes médicos recibidos. Aunque no se pudo establecer con claridad el sexo, con el tiempo, él no se sintió reflejado en un modelo masculino. En 2001, lo intentó como mujer tras diversas operaciones. En ambos casos, el registro se adaptó. El presente fallo puede contribuir a modificar las leyes, porque hasta ahora prevalecía una decisión del Tribunal Supremo de 2007, en un caso similar. Entonces, los magistrados consideraron que “no era todavía el momento adecuado”, para un cambio de esta índole. Sus colegas de Limburgo sostienen que “ya es hora de reconocer la posibilidad de un tercer género dada la evolución social y jurídica operada”.
La decisión ha sido aplaudida por el colectivo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) holandés, que lo califica de “paso en la buena dirección”. La rama holandesa de la fundación internacional que aboga por los derechos de los intersexuales, subraya asimismo su contento. Lamenta, eso sí, “que el fallo sea solo válido en el ámbito de la intersexualidad; cualquier holandés debería tener esta opción”, dicen.
El artículo 1 de la Constitución holandesa “prohíbe la discriminación en función de la religión, opinión política, raza, sexo o cualquier otro motivo”. En 2017, el nuevo Gobierno de centro derecha anunció su deseo de añadir una disposición adicional a la Carta Magna, “para que prohíba específicamente la discriminación por culpa de la orientación sexual”. El plan añadía la paternidad múltiple, permitiendo que los niños pudieran tener más de dos progenitores. Ambos temas son delicados para los partidos confesionales, uno de los cuales, el protestante Christen Unie, forma parte de la coalición en el poder. Están en contra, pero se comprometieron a no torpedear la futura votación sobre el particular.
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