Un artículo publicado el 21 de noviembre de 1862, en el periódico La Nación Argentina y al que accedió Infobae.com a través de Microfilms de Biblioteca del Congreso de la Nación, constituye un verdadero hallazgo ya que es una de las referencias a homosexuales más antiguas encontradas hasta ahora en publicaciones locales.
La nota, titulada ?Los Maricones?, se erige como una de las primeras de la historia en producir medidas concretas contra esta comunidad al reflejar la preocupación de un grupo de señoras que sostenían que ?si los vagos son castigados por la Policía, los maricones deben serlo también por malentretenidos?.
El escrito periodístico señala que ?de algún tiempo a esta parte se ve cruzar por nuestras calles un gran número de niñas de nuevo sexo columpiándose como muchachas coquetas, perfumados a almizcle, estirándose los puños con la punta de los dedos (?) girando su cabeza de derecha a izquierda como las palomas francesas cuando se detienen sobre las paredes (?).
Sigue: "(...) hablando de mozos como las mujeres después de una fiesta, entrando a la Iglesia caminando con las puntas de los pies, desdoblando el pañuelo como quien estira una alfombra para hincarse esponjando los faldones de su levita cual si fuera un miriñaque?.
Estas mujeres indicaron en la nota que ?hay diferentes modos de alterar el orden? y que ?estos entes escandalizan a la sociedad? por lo que debía hacerse algo tal como se hacía con los perturbadores del orden o los dementes: ?¿por qué no hacer otro tanto con los que esprofeso toman hábitos de mujer y alteran el orden en los Templos, con sus ridículos modales?, decían estas señoras.
Al otro día, exactamente, el mismo medio publica una serie de determinaciones a aplicarse: ?Hemos recibido la siguiente Ordenanza que proponen varias señoras a la adopción de la Policía?, indica el texto.
El primer artículo de esa Ordenanza pedía que se declararan ?usurpadores a los que perteneciendo al otro sexo hacen alarde de tener nuestra voz y modales?. Luego, que ?La policía enviará a Martín García a trabajar en las canteras a los que, amonestados por ella continuasen ejerciendo nuestros hábitos?.
Una tercera disposición, referida a los ?recaídos? en la homosexualidad después de reprendidos, indicaba como penalidad que ?serán condenados a lavar los atrios de las iglesias, a barrer las vías públicas o a servir en hospitales? y como cuarta medida que ?antes de aplicárseles cualquiera de las penas anteriores recibirán en la plaza una ovación infantil?.
La quinta y sexta propuesta refería al cambio de nombre, cuya pena establecía que ?se le paseará por las calles vestido de mujer? y que ?se echarán suertes sobre los que prendiere la autoridad para sacar de entre ellos hasta el número de seis destinados a bailar en la cuerda floja?.
Por último, la iniciativa de Ordenanza indica: ?Comuníquese la presente disposición a los Señores maricones (sic)?.
Avances históricos
Según Marcelo Suntheim, secretario de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), ?la problematización de la homosexualidad ocurre en el último siglo y es cuando se inventa desde el poder, la idea del homosexual como algo a resolver, a controlar. Hacer leyes y establecer un control social, por cuestiones de higiene moral y ética?.
Por eso, el experto destacó que el artículo de 1862 ?no es común?, ?no había leyes de control ya que no era considerado una enfermedad como lo fue años más adelante?, indicó.
?Fue Sigmund Freud quien a fines de siglo XIX pone a la homosexualidad en el lugar de la enfermedad y a partir de ahí empieza la problematización y las leyes y el control. ¿Por qué se convierte en problema de Estado? Porque era enfermedad y la gente lo pedía, que hubiera instituciones que se ocuparan del tema. Y esas instituciones de poder fueron la jerarquía política y eclesial?.
Para Suntheim una nota como la de 1862 ?resulta 100% bizarra?. ?La nota refleja el modelo de la ?loca y el chongo? ya que las descripciones apuntan a las ?mariquitas? o ?loquitas??, dijo y aseguró que es muy interesante para analizar ?que estas mujeres hablen de usurpación de género, ya que lo que les molesta es que estos hombres adquieran la identidad que creen que les pertenece sólo a ellas?.
Por último, Suntheim destacó el ?alto contraste? de los contenidos de este artículo con lo que hoy ocurre; ?donde más que la homosexualidad, lo que se problematiza es la homofobia?.
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