La Escuela Normal salió a la calle para visibilizar el respeto a la diversidad y en contra de cualquier tipo de discriminación. Las chicas y chicos piden que se profundice la Educación Sexual Integral (ESI) en las aulas.
“El problema de las cabezas cerradas es que tienen las bocas abiertas”, decía una de las frases escritas en los papelitos que se entregaban a quienes pasaban y que, a cambio de un chupetín, aceptaban escuchar las glosas dedicadas a una jornada que se vivió en la calle, en la plaza, en el cara a cara que propusieron las chicas y chicos, docentes y directivos de la Escuela Normal “Clemente Andrada” de Santa Rosa.
El pasado miércoles el colegio realizó una “Caminata por la diversidad”, una iniciativa que apunta a la defensa de los derechos y al respeto por quien piensa, actúa y vive de manera diferente a la propia.
“Está muy bueno el lugar que nos dio el colegio porque pudimos abordar otras temáticas, otros intereses y sacarlos a la calle. Se trata de los derechos que tenemos nosotros como estudiantes y todos en general, por supuesto, que debería ser lo normal pero no sucede, socialmente parece que cuesta aceptar al que piensa diferente”, analizó Paulina (17), una de las alumnas de sexto año que participó del proyecto.
Si bien la caminata abordó el respeto en general a los derechos, uno de los ejes principales fue la diversidad sexual, por eso en la puerta del colegio, sobre el boulevard de la avenida San Martín, se colocó una bandera de gran dimensión con los seis colores que representan al colectivo LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). El avance de los derechos sobre la identidad de género está presente en las aulas y la Educación Sexual Integral (ESI) brinda el marco para hablar, conocer, discutir, preguntar, aprender, descubrir.
“Creo que hoy se avanzó con la ESI en las aulas, pero es muy desparejo. Hay cursos que tienen muy buenas clases y otros a los que directamente ni les dan esa oportunidad. El tema es que en la mayoría de los casos depende de los docentes, no se ve que haya una predisposición general para hablar todos los temas que implica la educación sexual y claramente la demanda desde los adolescentes es muy fuerte”, analizó Tiago (17).
Y es en ese punto donde chicas y chicos coinciden: qué aspectos de la ESI se abordan. “Lo que suele suceder es que se habla de ESI solo desde un punto de vista reproductivo, cómo ponerse un preservativo, métodos anticonceptivos y poco más. Y lo que estaría bueno es que se hable desde un punto de vista más sentimental, desde la parte de lo que cada uno siente. Saber qué es lo que pasa en el interior de cada adolescente porque justamente tenemos una edad en la que nos estamos formando, con todo lo que eso implica”, resaltó Sofía (13).
Sin perder de vista nunca que la consigna del proyecto y de la movida organizada en el colegio es por el “respeto a la diversidad”, las chicas y chicos intercambian opiniones conscientes de que en algunos temas las posturas son muy distintas, con debates muy profundos donde se pone en juego cuestiones básicas de la comunidad en general como ideología, religión, cultura, educación.
“La gran mayoría de los adolescentes hablamos con naturalidad de muchas cosas, entre ellas la Educación Sexual, por eso creo que el temor a hablar es más de los adultos que de los jóvenes. La cuestión es que se trata de un tema clave para nosotros pero también para la sociedad en general, con un montón de cuestiones en juego”, opinó Clarita (12).
Para Melina, una de las claves sería que la ESI se enseñe como una materia que tenga el mismo nivel de importancia que las tradicionales. “En muchos colegios se la da en alguna materia específica, como puede ser Biología, y con alguna charla de vez en cuando de algún especialista, pero es un tema que representa una demanda mucho más abarcativa, que no alcanza con una hora por semana o cada mes. Tiene que ser algo constante porque surge desde la demanda de las aulas”.
Muchas de las cosas que se hablan implican cambios sociales y culturales, ¿les parece que esos cambios avanzan irremediablemente?
“Yo creo que sí, que a los 13 años estemos hablando de estas cuestiones demuestra que el avance ya está en marcha. Pasó con el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género, el debate sobre el aborto. Todo está presente y no se lo puede negar, lo importante es aportar cada punto de vista pero respetando a quien piensa diferente”, dijo Sofía.
La presencia de la religión en buena parte de los debates sociales -en cuestiones relacionadas a la sexualidad- genera discusiones con posturas más encontradas, un punto que el grupo adolescente del Normal reconoce.
“Por supuesto que hay posturas muy duras y es difícil llegar a un acuerdo, pero no queda otro camino que tratar de avanzar con los argumentos que están a la vista. Hay que escuchar y respetar la opinión diferente, pero tiene que ser recíproco porque cada uno puede vivir y pensar como quiera”, sostuvo Melina.
Los 35 grados en la siesta santarroseña se hacen sentir pero los chicos y chicas recorren la plaza con chupetín y papelito en mano. En menos de un minuto quien se detiene a escuchar sabrá que esas frases cortas tal vez inviten a pensar un largo rato, porque como dice una de las consignas “La mente es igual a un paracaídas, solo funciona si se abre”.
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