La visita depende de la edad y del estado de salud.
Los cachorros deben ir con más frecuencia. Cuando consigue una mascota es importante que el médico haga una primera revisión. Luego viene un seguimiento al crecimiento y el esquema de vacunas.
Si es un adulto sano, dice la veterinaria Gisela Toro, debe llevarlo unas dos veces al año. El médico le puede aconsejar más visitas, según la historia. Igual hay unas vacunas anuales que no puede omitir, como la rabia.
¿Los viejos? Según la mascota, pero se incrementan las visitas para hacer un seguimiento a los problemas que llegan con la edad. Si sufre del corazón, por ejemplo, habrá que llevarlo más seguido, cada tres meses.
El médico le hará un examen clínico: palpará su barriga, revisará su cola y mirará qué tal están los dientes. Decidirá si se necesitan exámenes complementarios, de sangre, orina o incluso radiografías o ecografías. Gisela señala que después de los 5 o 6 años, que es para ellos tener unos 40, es aconsejable hacer exámenes de rutina anuales.
¿Las urgencias? Observe bien. De ahí la importancia de estar pendientes de cambios de conductas o irregularidades morfológicas o fisiológicas. La veterinaria explica que si ve cambios de humor o de comportamiento, si la mascota no está comiendo, no está yendo al baño de manera corriente, hay vómito o diarrea, es momento de consultar, y precisa que es mejor no esperar para evitar que el problema sea mayor.
Si la mascota sufre un trauma como una caída o un golpe fuerte, o incluso si hubo una pelea agresiva y hay heridas o cambios en el comportamiento, hay que pensar en el veterinario.