Madonna, como buena usurpadora de tendencias que fue, se apuntó un tanto con aquel Vogue que provocó dislocaciones en las pistas de baile de medio mundo. No obstante, si hubo algo que contribuyó a dar a conocer la subcultura del voguing, las houses (las hermandades que lo practicaban) y las balls (las fiestas en las que se bailaba tanto como se desfilaba) fuera de la escena LGTB, la culpa fue del documental Paris is burning, dirigido por Jennie Livingston y que ahora cumple 25 años.
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