Como consecuencia de la secularización se ha marginado a la Iglesia, esta era un elemento central en la estructura de la sociedad sin embargo con el proceso de secularización, la Iglesia ha perdido su centralidad institucional y ha pasado a ser un elemento sin importancia de la sociedad.
Si comparamos con el pasado, la gente entendida la vida cómo se la enseñaba la iglesia pero hoy mucha gente entiende la vida de otra manera muy diferente. La Iglesia se presenta ante los ciudadanos como una oferta de sentido más entre otras ofertas y a veces puede parecer un vendedor que intenta promocionar y vender su producto en competencia con otros vendedores de idea, esto hace que la gente se aleje para dar paso a otras ideologías.
Desde los primeros siglos, la Iglesia organizo y desempeñó múltiples funciones en beneficio de la sociedad. Pero en los últimos tiempos, estas funciones han comenzado a ser asumidas por distintas instancias públicas o privadas propias del estado, lo cual le ha restado relevancia en la opinión de la sociedad.
En la sociedad actual, la fe en Dios ha dejado de ser algo significativo. Muchos valoran a la iglesia solo por su servicio y la Iglesia siente que en la medida en que se dedique a este servicio social tendrá crédito, prestigio y gente, pero sin estar dispuesta a este reduccionismo perderá aprecio y consideración. La Iglesia es mucho más que una ONG.
La gente piensa que la fe es como un supermercado en el que puedes coger lo que te interesa y dejar lo que no te apetece, incluso mezclar creencias de todo tipo todo vale, según lo viva cada uno. Mucha gente es creyente por libre, al margen de la iglesia, valoración y la celebración de los sacramentos, salvo cuando les interesa.