FELIPE HERNÁNDEZ G.*
Un cura andino sembrado hondo en los confines del Guárico, Mons.-Dr. Rafael Ángel Chacín Soto, nació en el pueblo de Sabana de Mendoza, estado Trujillo, el 10 de febrero de 1910, y murió en la ciudad de Valle de la Pascua, el 19 de abril de 1993, en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria reposan sus restos... Procedente de Altagracia de Orituco, llegó a Valle de la Pascua a finales de la década de los años cincuenta, como pastor de almas de la iglesia de la Candelaria donde ofrecía la palabra de Dios. Fue maestro por excelencia, su desempeño magisterial en educación primaria, secundaria y universitaria era toda una cátedra de conocimiento y sabiduría ciudadana, todo un académico. Músico y compositor, historiador y escritor de fina prosa. Orador de verbo profundo y encendido, en sus alocuciones ponía tanto fervor que su voz “tronaba”.
Siempre estuvo en todo, no como un simple espectador, sino aportando sus conocimientos y ganas de trabajar por el progreso de Valle de la Pascua. Fue baluarte en la fundación del Instituto Tecnológico de los Llanos, de la Casa de la Cultura “Lorenzo Rubín Zamora”, del Cuerpo de Bomberos, del Festival Folclórico Infantil “Cantaclaro”, del barrio La Concordia. Su obra cumbre, la fundación del Colegio “Juan Germán Roscio” y del Centro Apep, y muchas obras y acciones más.
Entre sus escritos y publicaciones resalta su libro “Orígenes de Valle de la Pascua”, un clásico de la historia vallepascuense, donde después de arduas investigaciones en el Archivo General de Indias en Sevilla-España, demostró que nuestra ciudad no fue fundada por nadie, que era un paso de caminos, una parada obligada en el ir y venir desde Caracas, San Sebastián de los Reyes y Chaguaramas a la Nueva Barcelona y Cumaná en el Oriente, y viceversa.
Constructor de viviendas, el sector La Concordia de Valle de la Pascua es consecuencia de su labor urbanística, ahí le tocó hacer de albañil, pegando bloques, diseñando y construyendo casas para familias humildes, a setenta años de esa acción, las personas todavía le dicen a las viviendas, “Las casitas del Padre Chacín”. Aunado a ello, recolectaba ropa y comida en el comercio local y entre familias pudientes, para donarla a los habitantes de los barrios más humildes. Al referirse al Padre Chacín, la conseja popular dice: “Ese Cura, con la religión, la educación, la cultura y el deporte sí curaba almas”.
Hace ciento diez años nació ese maestro que declamaba versos de vida y de muerte y recitaba pasajes del ayer remoto como si los hubiera vivido.
En Valle de la Pascua su presencia es recordada por sus sermones, sus enseñanzas, y su desprendimiento; y en las tardes caniculares, sentado en la puerta de la Catedral frente a la plaza Bolívar. En reconocimiento a quien tanto hizo y dio a nuestra ciudad, un liceo, una avenida y una urbanización, con orgullo le tienen como epónimo. Eterna gratitud al Padre Chacín por tanto.
Valle de la Pascua, martes 10 de febrero de 2020.
* UNESR / Cronista Oficial del Municipio Leonardo Infante // fhernandezg457@gmail.com
Imagen: Monseñor Rafael Chacín Soto.
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