CUANDO LO ÚNICO QUE QUEDA ES EL CEREBRO

El caso de Olga Orrego quien decidió autorizar su eutanasia debido a una enfermedad que la dejó paralizada, deja en su testimonio la evidencia del sufrimiento que la lleva a determinar la fecha de su muerte, puesto que lo único que le quedaba era su cerebro y se encontraba  completamente inmóvil del cuello para abajo.  Para sus familiares no deja se der una decición impactante y desoladora, sin embargo respetan su voluntad y la acompañan en este triste final. 

Desde mi punto de vista no deja de ser conmovedor el hecho de despedirse de una persona y ser consciente de que nunca mas la volverá a ver. Es la decisión mas tortuosa que una persona pueda tomar, sin embargo esto pone fin a un sufrimiento que si bien es propio, también afecta directamente a las personas que la rodean. La despedida de Olga Orrego fue enternecedora y para sus familiares será un episodio imborrable. 

El deseo de morir de Olga Orrego fue su última voluntad y al ser cumplida logró dejarles una sonrisa grabada a su familia el día de su muerte, ya que esos tres años de estar paralizada habían terminado.