EUTANACIA
Desde mi punto de vida la eutancia es morir antes de llegar la muerte pues el dolor es mucho es mejor morir para no sufrir ir a descarsar y no estar sufriendo en este mundo.
Se tiene conocimiento de la existencia de la eutanasia desde la Edad Antigua. Sin embargo, en las culturas griegas y romanas, el concepto de «eutanasia» se identificaba con su sentido etimológico de buena muerte, es decir el estado mental o espiritual de la persona en los momentos finales de su vida. La eutanasia no era, por tanto, una ayuda para morir sino una forma de morir [22]. La práctica del suicidio y de la asistencia al mismo estaba extendida e incluso justificada por filósofos como Platón, quien defiende que «quien no es capaz de vivir desempeñando las funciones que le son propias no debe recibir cuidados por ser una persona inútil tanto para sí mismo como para la sociedad»; sobre las «personas constitucionalmente enfermizas o de costumbres desarregladas», el filósofo griego recoge como criterio médico aceptable que, «como la prolongación de su vida no había de reportar ventaja alguna a sí mismos ni a sus prójimos, no debía aplicarse a estos seres el arte médico ni era posible atenderles» [23]. El fundador del estoicismo, el filósofo griego Zenón (siglo iv a.C.), no solo legitimaba el suicidio sino que él mismo puso fin a su vida, al igual que Epicuro (siglo IV a.C.), ya que la aversión de los epicúreos hacia el dolor les hacía justificar, en casos extremos, el suicidio [24].Plutarco explica que en Esparta, los niños discapacitados, considerados inútiles para la guerra, eran arrojados al barranco de Taigeto [25]. No obstante, el primer código deontológico médico conocido, el Juramento hipocráticoJuramento Hipocrático (siglo V-IV a.C.), incluye claramente la promesa de no dar a nadie «una droga mortal, aun cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin» [26].
La ley de Moisés característica del judaísmo prohibía provocar la muerte a un semejante; en el mismo sentido se pronunció el cristianismo. La moral judeocristiana obligaba no solo a respetar la vida como un don que solo Dios puede dar y quitar sino a cuidar de enfermos y moribundos, como atestiguan las innumerables órdenes e instituciones religiosas dedicadas a atenderles. El sentido cristiano del sufrimiento, capaz de unirse a la pasión de Cristo y redimir a otros, otorga una dimensión sobrenatural a la enfermedad. Esta mentalidad presidió el pensamiento occidental durante toda la Edad Media.
Ya en la Edad Moderna hay quien presenta a Tomás Moro como un defensor de la eutanasia en su libro Utopía (1516); es cierto que en la obra se indica que los sacerdotes y magistrados trataban de persuadir a los enfermos incurables de la bondad de la muerte, causada por sí mismo o por otros. No obstante, el carácter literario del relato y el tono irónico empleado por el autor en muchos de sus pasajes impiden afirmar con rotundidad que Moro defendiese la licitud moral de la eutanasia y del suicidio asistido [27]. Francis Bacon (Novum Organum, 1623) acuñó el término «eutanasia exterior» para referirse a la misión de los médicos de facilitar la partida de esta vida a los enfermos incurables [28].
Desde finales del siglo XIX la eutanasia conocería un nuevo impulso en gran medida gracias a la aparición de la eugenesia, es decir la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana [29]; y el darwinismo social según el cuál en las sociedades solo sobrevivían los más aptos. Aunque hay muchos más ejemplos, en 1873 Samuel D. Williams escribe el artículo Eutanasia en la revista Popular Science Monthly en el que defiende la eutanasia realizada por médicos y aplicada a pacientes que la solicitaran y con el fin de evitar el dolor [30].
Entre mayo de 1940 y septiembre de 1941 el nazismo puso en marcha un programa sistemático de eutanasia aplicada sobre deficientes físicos y mentales; el plan se denominó Eutanasia T4 y fue dirigido por Karl Brandt, médico que contaba con un nutrido equipo de profesionales (unos 350 médicos); utilizaron cámaras de gas [31]. A finales de agosto de 1942 Hitler detuvo el programa debido a las protestas y denuncias públicas. Sin embargo, en agosto de 1942 se reanudaron las operaciones más discretamente, utilizando fármacos e inyectables o privando a los pacientes (enfermos, discapacitados, ancianos, heridos …) de alimentos. Este programa continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que solo entre 1939 y 1941, alrededor de 70.000 personas murieron en el programa de eutanasia, aunque en el proceso de Nuremberg se estimó un total de 275.000 personas víctimas de la eutanasia nazi [32].
Actualmente la eutanasia está legalizada en Países Bajos y en Bélgica. El suicidio asistido está legalizado en Suiza y en los estados norteamericanos de Oregón, Washington y Vermont.
En 1984 se despenalizó la eutanasia en Países Bajos aunque hasta el año 2002 no entró en vigor la Ley de comprobación de la finalización de la vida a petición propia y del auxilio al suicidio, actualmente vigente.
La ley holandesa considera legal la intervención directa y eficaz del médico para causar la muerte del paciente que sufre una enfermedad irreversible o que se encuentra en fase terminal y con padecimiento insoportable. Además, se exigen los siguientes requisitos para que la eutanasia o el suicidio médicamente asistido sean legales:
El paciente debe residir en Países Bajos. La petición de eutanasia o de ayuda al suicidio debe ser reiterada, voluntaria y producto de la reflexión. Los sufrimientos deben ser intolerables y sin perspectivas de mejora. El paciente debe haber sido informado de la situación y del pronóstico. El médico que vaya a aplicar la eutanasia está obligado a consultar el caso con un compañero (o dos en el caso de que el sufrimiento sea psicológico), que tiene que emitir el correspondiente informe. La eutanasia o la ayuda al suicidio debe realizarse con profesionalidad . En la práctica, actualmente puede pedir la eutanasia cualquier paciente, independientemente de si es o no un enfermo incurable o en situación terminal o si padece un sufrimiento psíquico o físico. Las peticiones de eutanasia las pueden hacer menores de edad, en algunos casos con el consentimiento de los padres (entre los 12 y 16 años inclusive) y sin el consentimiento, aunque participando en la decisión final (entre los 16 y 17 años). En 2003 el neonatólogo Eduard Verhagen, logró que la fiscalía regional de Groningen, al norte de los Países Bajos, le autorizara practicar la eutanasia a menores de 12 años [34] . Entre 1997 y 2004 médicos holandeses aplicaron la eutanasia a un total de 22 bebes con espina bífida ,hecho que fue criticado por pediatras holandeses en un estudio en la revista Pediatrics
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