El artista colombiano que maravilló a los duques de Cambridge
La intervención del príncipe William y Kate Middleton en su obra impulsó su carrera.
En octubre pasado, el rostro de un artista colombiano emergente empezó a aparecer en los periódicos y noticieros de los medios ingleses, pues había protagonizado un jocoso momento al lado de, nadie más y nadie menos, que los duques de Cambridge, Kate Middleton y el príncipe William, durante la Cumbre Mundial de Salud Mental, en Londres.
Los ojos de los medios estaban puestos en Middleton, quien apenas se estaba reincorporando a sus compromisos reales tras dar a luz a su tercer hijo Louis. Y, lo que parecía ser un evento más, terminó en una situación que ni los mismos duques esperaban, pues estaba fuera de la agenda intervenir una pintura del colombiano Dairo Vargas, quien decidió salirse del protocolo mientras les hablaba de su trabajo.
Vargas, quien vive en Inglaterra hace 13 años, les pidió a los duques que pintaran en su obra Someone to turn to, no terminada aún. La pareja, divertida por la situación y un poco nerviosa por la inesperada petición, decidió darle un par de pinceladas. “¡Así es cómo se estropea un cuadro!”, dijo el príncipe en broma, haciendo que los presentes estallaran de la risa.
El momento, que apareció en diarios de prestigio como The Telegraph y fue publicado en la cuenta oficial del Palacio de Kensington en Instagram, viajó rápidamente hasta los medios latinoamericanos, que se preguntaban quién era el artista. Y a través de ellos la familia de Vargas se enteró en Colombia, pues él prefirió guardar el secreto.
“Trabajo en Londres con galerías de arte y vendo mi obra allá y en otros países. Me invitaron a participar en la cumbre, en la que estarían más de 500 delegados del mundo, y me comentaron que los duques estarían presentes. Nunca le comenté a nadie, porque no era seguro que sucediera”, comenta Vargas, quien se encuentra en Colombia, de paso.
Más allá de la anécdota, Vargas, especializado en paisajes abstractos y retratos, cuenta que lo ocurrido impulsó su carrera y valorizó su obra. Incluso, la jequesa de Qatar, Sheikha Moza bint Nasser, lo invitó a participar en un evento de salud mental celebrado en ese país.
Lo que le pasó a Vargas podría parecer suerte, pues estuvo en el lugar y en el momento adecuado, en medio de un país en el que es común que los artistas jóvenes abandonen ese camino por falta de oportunidades y porque los artistas pululan por la gran cantidad de escuelas dedicadas a este campo.
En realidad, Vargas, oriundo de un pequeño pueblo del Huila, llamado El Agrado, se convirtió en un abanderado de la salud mental a través de su pintura, pues trabaja en torno a esa problemática desde que llegó a Londres, cuando tenía 28 años, luego de haber dejado su trabajo en Colombia en una agencia de publicidad y decidir convertir su pasatiempo de pintar en su único sustento.
“Al principio, fue un proceso difícil, pese a que ya había vendido algunas obras en Colombia y tenía una barrera mental que fue dura de superar. En nuestro país nos dicen que no podemos vivir del arte, que tienes que conseguir un trabajo y quedarte allí para siempre. Por eso, no concibes buscar otros horizontes, porque desde muy pequeños en nuestras familias nos enseñan eso, así que me tomó tiempo quitarme esa idea, pero al hacerlo pude surgir” cuenta Vargas.
Al llegar a Inglaterra, se chocó con la verdad de que, contrario a lo que pensaba, su inglés no era tan bueno, así que trabajó en un bar durante en un año, mientras hacía trabajos de diseño y fotografía, hasta que sintió que dominaba el idioma y estudió arte en Kensington and Chelsea College.
“Yo tenía un plan de qué era lo que debería hacer para avanzar y seguí mis puntos: entre ellos estaba ir a exhibiciones, conocer a los artistas, a los curadores y a la gente. Me gusta estar rodeado de otros y también estar involucrado en causas sociales, algo que hago desde que era pequeño, y así fue que las cosas empezaron a darse”, dice Vargas.
En su arte figurativo y abstracto le interesa plasmar la vulnerabilidad de la condición humana, a través de temas como la tranquilidad, la paz y la muerte, y mostrar que la interacción con otros puede “cambiar la vida en segundos”.
Por eso, la obra intervenida por los duques representa a dos personas, una sosteniendo a otra, como un símbolo de que es ideal que una persona que sufre enfermedades como depresión, bipolaridad o ansiedad cuente con alguien a quien acudir y que le transmita mensajes positivos.
Por el momento, el artista, quien ha expuesto en Estados Unidos, Dubai, Singapur y China, entre otros, no ha vendido dicha obra y piensa guardarla por uno o dos años. “Los duques de Cambridge la intervinieron y mantengo intacto ese espacio que ellos pintaron”, cuenta Dairo Vargas.
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