En Colombia, en el año 2013 se produjeron 2,12 millones de toneladas de azúcar a partir de 21,56 millones de toneladas de caña. De alcohol carburante se produjeron 387 millones de litros, destinados a la mezcla con gasolina en una proporción E8 (8% etanol, 92% gasolina), de acuerdo con el mandato de oxigenación establecido por el gobierno desde noviembre de 2005. En la actualidad se da cubrimiento a todo el territorio nacional.
El consumo nacional de azúcar en Colombia fue de 1,69 millones de toneladas, destinado en un 52% al consumo directo en los hogares y un 48% a la fabricación de productos alimenticios, bebidas para consumo humano y otros productos industriales. En el año 2013 se exportaron 671 mil toneladas de azúcar, de las cuales el 66% se dirigió a Chile, Islas del Caribe, Perú, Estados Unidos, Haití, México y Bolivia. El resto del azúcar se exportó hacia múltiples destinos alrededor del mundo.
Fedesarrollo presentó los resultados del estudio que realizó sobre el Impacto socioeconómico del sector azucarero en su área de influencia y en la economía colombiana. Las principales conclusiones del estudio, señalan que por cada empleo generado por los ingenios azucareros en sus plantas de producción, se generan 28,4 empleos adicionales en otros sectores de la economía; gracias a la actividad manufacturera de los ingenios, se generan 265 mil empleos a través de toda la cadena de valor.
En los municipios cañicultores, frente al resto de municipios en Colombia donde se desarrollan otras actividades agrícolas o agroindustriales, la calidad de vida es mejor y las necesidades básicas insatisfechas de la población son menores, pese a que la inversión pública es baja. Una mejor calidad de vida se ve reflejada en una mayor tasa de escolaridad, una mayor tasa de alfabetismo y una menor tasa de mortalidad.
Así mismo, los municipios donde se cultiva caña, destinada a los ingenios azucareros, tienen menos pobreza que otros municipios con presencia de otros cultivos distintos. Las necesidades básicas insatisfechas de la población en los municipios cañicultores están por debajo de la media nacional.
Respecto al Producto Interno Bruto (PIB), por cada peso que los ingenios aportan, se genera en la economía un efecto 4 veces mayor, lo que significa que los ingenios son grandes dinamizadores de la economía colombiana.
Según el estudio, cada peso que pagan los ingenios de impuestos a la producción, se traduce en 10 veces más impuestos pagados por las actividades del resto de la cadena. De esta manera, los ingenios son grandes generadores de recursos destinados a financiar inversión pública, entre la que se encuentra la educación y la salud.
Finalmente, una de las conclusiones revela que, la presencia de los ingenios hace que los municipios del área de influencia tengan mejores ingresos, sean más prósperos y que haya mejor calidad de vida para sus habitantes.
El impacto positivo del sector en la economía de la región se acompaña de acciones en lo ambiental y social en concordancia de la visión de sostenibilidad y generación de bienestar. Tales acciones están dirigidas a fortalecer la gestión en el manejo del recurso hídrico, la calidad y pertinencia educativa y la convivencia armónica de la familia.
Para la gestión integral del recurso hídrico, asocaña ha liderado la creación del Fondo del Agua por la Vida y la Sostenibilidad, el cual desarrolla acciones desde el año 2009 en 17 cuencas hidrográficas que cubren 26 municipios de los Departamentos del Valle del Cauca y Cauca. El objetivo del programa es restaurar las cuencas hidrográficas con mayores problemas ambientales, considerando el fortalecimiento comunitario y la generación de proyectos productivos de las comunidades que habitan la parte alta de estas cuencas.
El desarrollo en campo se realiza con las asociaciones de usuarios de los ríos que fueron constituidas con el apoyo del sector azucarero a finales de los años 80´s. Estas organizaciones desarrollan proyectos en el territorio con comunidades locales y de base, esto es, con familias campesinas, cabildos indígenas y juntas de acción comunal.
En el territorio se respeta la diversidad cultural, saberes ancestrales y aspectos organizativos. Esta base organizativa es la que ha permitido mantener un trabajo continuo con las familias en una zona muy golpeada por el conflicto armado de Colombia.
A la fecha, el Programa ha logrado restaurar un poco más de 7.500 has, ha desarrollado más de 120 proyectos productivos que benefician directamente a más de 2000 familias e indirectamente a más de 18.000. Las inversiones ascienden a los 17 mil millones de pesos. Dichas inversiones se han logrado gracias a los aportes de los socios del programa: ingenios azucareros, corporaciones autónomas regionales del Valle, Cauca y Risaralda, empresas como Bavaria, Pavco, Comité de Cafeteros de Risaralda y Valle, Smurfit Cartón de Colombia, Ecopetrol, EPSA, Cooperación internacional: USAID, Unicef, GEF, Banco Alemán. Así mismo, se resaltan los aportes de socios tan importantes como son las comunidades, cabildos indígenas y las asociaciones de usuarios de los ríos. Los esfuerzos realizados por este grupo de instituciones le reconocieron, en el año 2012 al Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad, el premio BIBO otorgado por WWF y el diario el Espectador
En cuanto a la educación, el sector azucarero tiene una apuesta desde hace más de 50 años, con la creación de la primera institución educativa. Hoy se apoyan 20 instituciones educativas, 15 de las cuales son públicas. Más de 12591 niños, niñas y adolescente son atendidos anualmente, en la básica y media en la región. Complementariamente, se realiza articulación con los programas de formación técnica y tecnológica en alianza con el SENA y de la Universidad Autónoma, atendiendo un total acumulado en los últimos 4 años más de 10000 personas, con una inversión de 2971 millones de pesos.
Frente a las metas de disminución de la alfabetización en Colombia las instituciones educativas apoyadas por el sector, tienen programas especiales para la formación de adultos en competencias básicas de lectura, escritura y matemáticas. Los cuales se han sumado al programa Nacional de Alfabetización del Ministerio de Educación Nacional de Colombia, como parte de una alianza con la Organización de Estados Americanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la Gobernación del Valle del Cauca. En los últimos cuatro años, 6.000 personas adquirieron sus competencias básicas, proceso en el cual la alianza invirtió 1264 millones de pesos.
Uno para Cada Uno: Educando al Futuro es un programa sectorial desarrollado en alianza público privada en la que participan también el Ministerio de Educación, la Gobernación del Valle, las alcaldías de Pradera y Guacarí e ingenios azucareros, tiene como objetivo generar un cambio significativo en los procesos de aprendizaje de la educación formal básica, de cero a quinto de primaria. Actualmente, este Programa atiende a 2.750 niñas y niños, con una inversión de 660 millones de pesos. Este programa es un ejemplo de inclusión tecnológica en la educación primaria, al entregar un equipo portátil a cada niño y niña, con software educativo especializado. Los cuales hacen parte de una estrategia didáctica que fortalecen aprendizajes en las áreas de matemáticas, lenguaje, ciencias sociales y naturales.
Para el fortalecimiento de la convivencia armónica de la familia se estableció desde el año 2009 una alianza con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF para llevar el Programa Familias con Bienestar a 22 municipios de la región vallecaucana. El principal objetivo del programa es promover la convivencia en familia, la prevención de la violencia intrafamiliar, la prevención del embarazo adolescente. En este programa han participado 17000 familias de corteros de caña, trabajadores de campo de la agroindustria y comunidades vulnerables vecinas. Desde el año 2009, la alianza ICBF-asocaña invirtió 8043 millones de pesos.
Recientemente y en respuesta a la problemática de incendios en caña de azúcar se inició el plan socio-ambiental para la prevención de incendios en caña de azúcar, como un plan piloto en los municipios de Palmira y Jamundí. El pan tiene por objetivo realizar acciones de sensibilización, capacitación y prevención de conflictos socio-ambientales con los actores sociales de las zonas identificadas con mayores riesgos de ocurrencia de eventos de incendios. Las actividades del plan se realizaron de manera articulada con las administraciones municipales de ambos municipios. En el momento se revisan los resultados obtenidos con las 17 comunidades rurales, para plantear un segundo momento de implementación del plan.
Para más información acerca de Asocaña o del sector azucarero, consulte nuestros documentos publicados en la página web, dentro de los cuales se encuentran los informes anuales de Asocaña, información general sobre diversos aspectos y las estadísticas más importantes del sector.
Fuente: https://www.asocana.org/publico/info.aspx?Cid=215
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