3 de Diciembre: Día de las Personas con capacidades diferentes
En 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el día 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Buscaron fomentar una mayor integración en la sociedad de las personas con discapacidades.
Ante la respuesta de muchos países fue entonces que, el 14 de Octubre de 1993, la Asamblea General proclamó el 3 de diciembre Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Argentina en octubre del año 2000 declaró el 3 de diciembre Día Nacional de las Personas con Discapacidad (Ley 25346), a fin de promover conductas responsables y solidarias sobre los derechos de todas las personas con discapacidad.
Por tener una deficiencia psíquica, física o sensorial no significa que esas personas sean mejor o peor que otras. Debemos aceptar las diferencias y no subestimarlas por que, tienen los mismos derechos, deberes, sentimientos, ilusiones y esperanzas.
Se calcula que mil millones de personas en el mundo viven con discapacidad y enfrentan muchas barreras para que se las incluya en aspectos sociales clave. A consecuencia de ello, no disfrutan del acceso a la sociedad de igual forma que otros, incluido en áreas como el transporte, el empleo, la educación y la vida política y social. El derecho a participar en la actividad pública es esencial para crear democracias estables, para una ciudadanía activa y para reducir las desigualdades sociales.
Promoviendo el fortalecimiento se crean oportunidades reales para la gente, se potencian sus habilidades y se les ayuda a establecer sus prioridades. El empoderamiento implica invertir en las personas – en empleos, salud, nutrición, educación y protección social. Cuando ocurre eso, están mejor preparadas para aprovechar oportunidades, se convierten en agentes de cambio y pueden asumir con más preparación sus responsabilidades cívicas.
Discapacidad
Dentro de la experiencia de la salud, una discapacidad es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano. Debemos por tanto hablar de personas con discapacidad y nunca de discapacitados.
A menudo suele referirse a la discapacidad como deficiencia o minusvalía. Sin embargo existe diferencia entre estos términos
Una deficiencia es toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Esta definición hace referencia a las anormalidades de la estructura corporal y de la apariencia, y a la función de un órgano o sistema, cualquiera que sea su causa; en principio, las deficiencias representan trastornos a nivel de órgano.
Una minusvalía, es una situación desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de su edad, sexo y factores sociales y culturales). Pero la minusvalía no sólo se produce por la desventaja que tiene una persona, a la hora de cumplir un rol o llevar a cabo una acción, debida a una deficiencia y discapacidad. También se produce por la respuesta de la sociedad hacia la situación de dicha persona y la sociedad responde de distinta manera según las deficiencias sean visibles o invisibles y las desventajas graves o ligeras.
La Organización Mundial de la Salud establece que, para países en vías de desarrollo, el 10 por ciento de la población tiene algún grado de discapacidad, es decir, restricción o ausencia -a causa de una deficiencia- de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal en el individuo. Las sociedades deben reconocer que, pese a los esfuerzos que se hagan en materia de prevención, siempre habrá un número de personas con discapacidades que enfrentan diversos obstáculos para su integración social y económica.
Fernando Galarraga
El referente de ATE - Capital en el área de Discapacidad, y conferencista nacional e internacional en la materia