Muere el escultor Robert Morris, padre del minimalismo

El escultor, pintor y crítico de arte Robert Morris murió el 28 de noviembre a causa de neumonía a los 87 años en Kingston, Nueva York. En sus inicios se le asoció con el expresionismo abstracto pero cuando se trasladó a Nueva York en 1959 su carrera dio un giro y pronto se lo vería envuelto en la corriente minimalista junto a otros artistas como Donald Judd, Carl Andre y Dan Flavin. Pero esto no hizo que el artista se focalizara solo en esta corriente, ya que también tocó diversos estilos tanto en la pintura como en la escultura.

Tras acabar sus estudios universitarios en Nueva York, Morris recibió cierto reconocimiento por sus obras, en 1968 la aclamada galería Leo Castelli expuso sus obras aunque uno de los hitos para Morris fue la muestra que el Whitney Museum le dedicó en 1970. Le siguió en 1971 la Tate Gallery de Londres.

No fueron pocas las críticas. Se le tacho de haber empobrecido y corrompido el arte moderno, también por un excesivo teatro lo que hizo que el minimalismo no fuera un movimiento estable ni que encajara fácilmente. Sin embargo Morris no tarda en adentrarse en reivindicaciones sociales con lo que consigue desenmascararse.

Con su primera mujer, Simone Forti, se introduce en círculos de danza y música. Entre sus cortos experimentales está Neo Classic (1971) y quizás la obra que mayor escándalo provocó fuera I-Box (1962), una de sus primeras exploraciones con su cuerpo desnudo, en el interior de una especia de armario junto a una escotilla.

Una carrera que fue premiada por las grandes colecciones y los grandes museos. Sus retrospectivas llegaron a la Tate en 1971 y al Guggenheim de Nueva York en 1994, y el seguimiento de su carrera se lo debe a Leo Castelli, quien le dio siempre carta blanca en su mítica galería. En el cartel de su famosa exposición S&M Fantasy todavía se recuerda un Robert Morris encadenado en una postura clásica sadomasoquista, en referencia a la autoridad que se le asigna socialmente al artista.

Aunque su vinculación al minimalismo es lo que le ha garantizado un lugar en el canon del arte contemporáneo, el repertorio de Morris recoge un gran número de temas, entre los que se encuentran la experiencia del cuerpo, el movimiento, el tiempo, la reivindicación social del artista como trabajador, la política, la guerra nuclear, la memoria y hasta la muerte.