UNA VISIÓN DE MODA

Coco, así es como la apodan desde bien pequeña familiares y amigos. Venezolana de nacimiento, pero ha crecido entre Miami y Barcelona. Actualmente reside en Islandia y se dedica a crear moda sostenible, de km 0 y sin dañar a los animales. Apasionada de la moda le gusta comparar la moda con el arte, del mismo modo que en la historia del arte, la historia de la moda tiene sus mejores y peores momentos. Actualmente nos encontramos en una etapa de agotamiento de ideas. En la época moderna surgió el movimiento Barroco y el Rococó, ostentoso y recargado. Por la ausencia de nuevas ideas llegó el neoclasicismo volviendo a los buenos tiempo dónde el arte tenía un sentido. Nos comenta que para su punto de vista, en la moda ha pasado exactamente lo mismo.

Por otro lado, nos encontramos en un período en el que la conciencia sobre el cambio climático ha tomado mucho peso y que por lo tanto parece que la gente empieza a concienciarse, sobretodo las grandes marcas productoras de moda, aunque según Coco no lo cree así, piensa que es más marketing y estrategia que compromiso con el medio ambiente. Debido a su amplia experiencia trabajando con diferentes marcas del sector, nos comenta que por ejemplo, Chanel ya no trabaja con químicos en sus procesos de fabricación de textiles, o H&M que es una de las marcas más comprometidas con el medio ambiente. Ecplisando así su opinión general, no existe ninguna marca que sea 100% que no sea contraproducente para el medioambiente. Hoy en día, el sector retail no es eco-friendly.

Coco, la joven diseñadora está comprometida a disminuir el cambio climático, intenta producir al mismo precio, con menos daños al planeta. Por otro lado, de forma personal, es reducir el consumo de textil, es decir, en su dia a dia intentar evitar menos ropa, ya que el principal problema que existe es que hemos triplicado las temporadas, es decir, hace unos años existían 2 temporadas al año y la gente compraba menos. Actualmente existen más de 90 micro temporadas anuales, hecho que hace que se produzca más y que por tanto la gente aumenta un 200% las compras. Con esto lo único que hacemos es que al final la ropa se convierta en un objeto de usar y tirar. El fast-fashion es anti sostenible. La única manera de dejar respirar el planeta es usar ropa de segunda mano. Telas, y materiales reutilizados. Darle una segunda oportunidad a la ropa olvidada. Al fin y al cabo no vamos a tener mundo al que vestir en unos años. Ser creativos y utilizar la ropa olvidada en el armario. Ir a las tiendas vintage, segunda mano. Se encuentran tesoros. De esta manera obligamos a las grandes marcas a dar el cambio real que tienen que dar. Somos los clientes quien tenemos que cambiar el mundo del retail. Al final las marcas nos dan lo que queremos. La prioridad siempre es el cliente