Contaminación lumínica

Sra. Directora:

Era un sábado por la noche, hacía una semana que les había prometido a mis nietos que les iba a enseñar a distinguir las constelaciones cuando en la cima del monte de la tortilla, a pesar de tener un cielo despejado sobre mi cabeza, conseguí apenas ver dos o tres estrellas por culpa de aquella especie de tela de luz que opacaba el cielo. 

Últimamente no se puede ver apenas un cuerpo celeste en la negrura a diferencia de cuando era joven que en el cielo nocturno sin importar donde estuvieses solo te hacía falta alzar la cabeza para poder contemplar un bello espectáculo de luces que te llenaba de una paz y tranquilidad y que según creo yo no se puede conseguir de otra manera.

El caso es que el no poderles enseñar esa maravilla de mi infancia a mis nietos fue la gota que colmó el vaso y sin poder esperar ni un momento me puse a investigar qué pudo haber causado tal sacrilegio “contaminación lumínica” lo llaman y al parecer no solo arruina unas hermosas vistas sino que también estropea los hábitats de muchos animales y afecta a su comportamiento.

Este “trastorno” en los animales es muy notorio en lo insectos, los mayores polinizadores de la tierra, que al sentirse atraídos por la luz en un horario donde no debería estar presente acaban muriendo por diferentes razones o alteran su desplazamiento.

En definitiva este exceso de luz es a mi parecer un gran problema del que poco se habla pero que está arruinando poco a poco nuestro planeta.

Jose Antonio Gimenez

Vitoria -Gasteiz