¿Libertad de enseñanza o instrumento de censura educativa?

El pin parental es una solicitud escrita dirigida a los directores de los colegios en la que los padres piden que se les informe, mediante una autorización expresa, sobre cualquier materia, charla, taller o actividad con carga ideológica o moral contraria a sus convicciones. Esta medida , pretenden limitar la capacidad de los alumnos de asistir a charlas y talleres sobre la identidad de género, el feminismo o la diversidad LGTB, salvo en el caso de que los progenitores den consentimiento para ello. Por ello, el pin  parental es un elemento de censura educativa, de machismo y de LGTBfobia.

En primer lugar, el pin parental vulnera el artículo 1 de la ley de educación (Lomce) sobre la formación integral del alumno y es contrario a la ley contra la violencia de género ya que, el mismo artículo establece que se deben desarrollar en la escuela "valores que fomenten la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, así como la prevención de la violencia de género".Y aunque la ley  reconoce la "libertad de enseñanza" de los padres, lo hace "en el marco de los principios constitucionales. Tampoco hay que olvidar que el pin parental nació, en parte, del enfado de algunos colectivos ultraconservadores por la participación de las asociaciones LGTB en actividades sobre diversidad afectivo-sexual. Llevaría inherente, por tanto, una intención LGTBfoba. El artículo 27 de la Constitución, que es el que esgrime el Gobierno, establece que "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales", por lo que el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales no puede estar por encima de este principio. Por otro lado, el partido de ultraderecha Vox exige implantarlo en la comunidad murciana y lo propondrá también en Madrid como condición para aprobar los presupuestos de Ayuso, convirtiendo así el derecho a una educación inclusiva y completa de los niños y niñas en una moneda de cambio.

 Por consiguiente está claro que el pin parental censura los contenidos en contra de la violencia de género, de la marginación del colectivo LGTB y de la educación sexual , condenando así a los niños y niñas con progenitores retrógradas a seguir sus mismo  pasos

Vox dice que "los padres saben mucho mejor que los profesores lo que es mejor para sus hijos". La cuestión es ¿el pin parental podría amenazar la igualdad de la mujer o suponer un agravio para la educación de las niñas? En las últimas horas varías ministras han expuesto algunos riesgos.