La palabra castellana ‘Dios’ no es universal; mientras que para las lenguas romances proviene de la raíz Dev que significa ‘Luz’; para las lenguas anglo-germánicas proviene de la raíz Good o Gott que significa ‘el Bien’; y, para las lenguas semitas ‘Dios’ significa ‘El que es’ – Allah o Elohim. Pero, con independencia del origen etimológico de la palabra ‘Dios’ o cuál sea la denominación que se le dé a este, conocemos que no todos los seres humanos percibimos a un ser supremo de la misma forma, hasta el punto de saber que ni siquiera todos los seres humanos creen en un ser superior.
Este ensayo trata de explicar la importancia de un dios para la vida de las personas, no desde el punto de vista emocional sino racional, más allá de la fe innata del ser humano en creer en un ser sobrenatural, se basa en encontrar el significado de lo que llamamos dios, desde diversas concepciones para la vida de la humanidad. El presente escrito se abordará desde tres ejes principales, a saber: I) la religión y el hombre; II) el escepticismo y la fe; III) la trascendencia para la vida del hombre de creer en un ser superior o tener un dios.
El propósito de este texto no es pretender plasmar una verdad absoluta, sino hacer una libre interpretación de la practicidad de los dogmas y la fe en la vida de las personas, en tanto que hay quienes bajo el título de “la religión” justifican su no hacer y/o su negligencia al dirigir sus vidas de manera muy lamentable y pusilánime; pero también existe otro grupo que pretende engalanar con el abrigo de la razón los vacíos argumentos que le dan sustento a su teoría que se reafirma en llevar una vida alejada por completo del reconocimiento de una causa superior que se denomine ‘Dios’.
I. La religión y el hombre
La religión es un intento del hombre por hallar a Dios, la frustración de todo eso es evidente en las rutinas y ritos obsesivos que se manejan en los púlpitos. Concomitante a ello, la variedad étnico cultural ha proliferado el sectarismo denominacional que tiende a agravarse; pues, hemos olvidado el esencialismo que busca que no haya diferencias pese a que cada religión tiene sus mecanismos y creencias diferentes. De tal suerte que, el hombre, en búsqueda del equilibrio, va adoptando una postura humanista frente a su existencia y frente a la existencia de todo lo que lo rodea.
A su vez, podemos decir que la religión se ha mostrado como una fuerza que modela a la sociedad a tal punto que los hombres se desengañan de esta y toman decisiones enfocadas en no seguir creyendo en un ser superior creador de todo lo que existe, sino que, por el contrario, crean su propio dios personalizado y tangible respecto del cual enfocan su atención. Con esto el ser humano confunde el efecto con la causa: las religiones no son la causa de la creencia en Dios, sino su efecto. Pues, si Dios existe, existen las religiones, pero no lo contrario.
II. El escepticismo y la fe
Existen diversos sistemas de pensamiento dogmático desde los cuales el hombre intenta explicar sus convicciones y creencias. Desde el punto de vista del escepticismo, las personas niegan la existencia de una verdad objetiva y universal válida para todos y, como escépticos prefieren no emitir juicios sino meras opiniones, pretendiendo así alcanzar la paz del espíritu, debido supuestamente a que, al no creer en nada, no entran en conflicto con otros y no se ven obligados a defender sus opiniones. En contraste, están los que practican el fideísmo, esa fe ciega que no ve más allá de lo que desea creer y excluye del proceso cualquier otra facultad humana como la razón.
Establecidas las proporciones, la utilidad práctica de los dogmas podría enfocarse en una sana actitud crítica, a la que ningún ser humano debe renunciar para no caer en censurables formas de incredulidad o credulidad supersticiosa. Sin necesidad de imposición frente a un credo u otro, las personas están en la capacidad de fomentar el ejercicio saludable del escepticismo para examinar cada creencia y admitir, a su vez, que la fe exige una racionalidad crítica. Se pondera así la fe de los que sin ver creen y no se condena el escepticismo de los que exigen las evidencias para creer.
III. La trascendencia para la vida del hombre de creer en un ser superior o tener un dios
La creencia en un ser superior dista sustancialmente de tener a un dios en las cosas naturales: están los que religiosamente llaman dios a un ser sobrenatural al que nunca han visto y los que profesan el ateísmo como una forma de vida. Existen diferencias entre unos y otros; naturalmente, los primeros serán llamados creyentes y los segundos serán nombrados incrédulos. Pero, más allá de que su dios sea diferente, ambos pensamientos y formas de vida tienen un mismo fin: creer y confiar en algo o en alguien externo a ellos mismos sobre el cual enfocan su atención para alcanzar la paz del espíritu.
Los seres humanos poseemos cualidades diferentes a otros animales, mientras estos últimos, como seres dicótomos, están conformados por cuerpo y alma (mente, emociones y
voluntad); los humanos como seres tricótomos, esto es, que además del cuerpo y el alma, poseemos espíritu, buscamos el significado de la existencia y cuestionamos a diario sobre aspectos trascendentales. De tal suerte que, ya sea que seamos o no incrédulos, espiritualmente el fin último de los humanos es encontrar en algo o en alguien la porción que los haga sentir satisfechos. Por ello, no importa cómo llamen a su dios, las personas necesitan creer en algo o alguien diferente a ellos mismos que les haga ver la vida llena de propósitos para cumplir.
Conclusiones
Las religiones envanecen, las posturas extremistas crean divisiones y la imposición de creencias no conduce a un fin común. La practicidad de los dogmas y la fe de las personas varían de acuerdo a muchos factores (endógenos y exógenos), sobre los cuales cada uno debe hacer su propia interpretación. No obstante, debido a que una u otra postura va a estar enfocada en buscar el fin último de sentirse valiosos, útiles y con propósitos por cumplir, lo relevante de cada pensamiento es el reconocimiento de la plenitud personal y espiritual.
Referencias bibliográficas.
â–ª Francisco, Papa. (2018). Liberar la libertad: fé y política en el tercer milenio; con un texto inédito de Benedicto XVI. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
â–ª Harari, Yuval N. (2018). 21 lecciones para el siglo XXI. Israel: Editorial Debate.
â–ª Martín, Jose Manuel. (2017). Resúmenes de la fé cristiana: la fé de la iglesia en 40 temas. Madrid: Ediciones Rialp.
â–ª Collins, Francis S. (2016). ¿Cómo habla Dios?: la evidencia científica de la fé. Bogotá: Editorial Ariel.
â–ª Babendreier, Joe. (2016). La fe explicada hoy. Madrid: Ediciones Rialp.
â–ª Lorda, Juan Luis y Alvarez, Alfredo. (2016). Antropología teológica. Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra.
â–ª Zizek, Slavoj y Gunjevic, Boris. (2013). El dolor de Dios: inversiones del Apocalipsis. Madrid: Ediciones Akal.
â–ª Silva, Darío S. (2012). El Reto de Dios. Bogotá: Editorial Vida.
â–ª Bulla Quintana, Ramón. (2012). En los umbrales de la Filosofía ¿Existe Dios? ¿qué es? ¿qué hace?: nociones elementales de teología natural o teodicea. Bogotá: Universidad Sergio Arboleda.
â–ª Lorda, Juan Luis. (2012). Moral: el arte de vivir. Madrid: Ediciones Palabra.
â–ª Chautard, Juan Bautista. (2008). El alma de todo apostolado. Madrid: Ediciones Palabra.
â–ª Tomás de Aquino, Santo. (2012). El ser y la esencia / Santo Tomás de Aquino; estudio introductorio por Eudaldo Forment. Madrid: Editorial Gredos.
â–ª Ratzinger, Joseph. (2009). El Dios de los cristianos: meditaciones. Salamanca: Ediciones Sígueme.
â–ª Lowith, Karl. (2007). Historia del mundo y la salvación: los presupuestos teológicos de la filosofía de la historia. Buenos Aires: Katz Editores.
â–ª Habermas, Jurgen. (2006). Entre naturalismo y religión. Barcelona: Editorial Paidós.
â–ª Wittgenstein, Ludwig. (2006). Luz y sombra: una vivencia (-sueño) nocturna y un fragmento epistolar. Valencia: Pre-textos.
â–ª Straus, Leo y Livchits, Leonel. (2006). La ciudad y el hombre. Buenos Aires: Katz Editores.
â–ª Jasper, Karl. (2003). La fe filosófica. Buenos Aires: Losada.
â–ª Merzari, Irene. (2002). Filosofía hoy. México: Fondo de Cultura Económica.
â–ª Kort, Wesley. (2001). C.S. Lewis: then and now. New York]: Oxford University Press.
â–ª Artigas, Mariano. (2000). La mente del universo. España: Ediciones Universidad de Navarra.
â–ª Zumbon, Ambrosio. (1996). Opúsculo de teología biológica. Bogotá: Rueda impresión.
â–ª Tomás de Aquino, Santo. (1994). Suma de teología: Edición dirigida por los Regentes de Estudios de las Provincias Dominicanas en España, con licencia eclesiástica del Arzobispo de Madrid (18-XII-1993). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
â–ª Lobo Mendez, Gonzalo. (1993). Razones para creer: manual de teología fundamental. Madrid: Rialp.
â–ª Vidal, Marciano. (1992). Conceptos fundamentales de ética teológica. Madrid: Trotta.
â–ª Weissmahr, Bela. (1986). Teología natural. Barcelona: Herder.
â–ª Zubiri Apalátegui, Xavier. (1984). El hombre y Dios. Madrid: Alianza.
â–ª Condorcet, Torres del Moral, Antonio y Suárez. (1980). Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano. Madrid: Nacional.
â–ª Kung, Hans. (1979). ¿Existe Dios?: respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo. Madrid: Ediciones Cristiandad.
â–ª Wallechnsky, David y otro. (1978). Almanaque de lo insólito, Volumen 86: Supervivencia y Comportamiento Humano. El tránsito al más allá, la religión y la Fe, Listas Insólitas, los Deportes. Barcelona: Grijalbo.
â–ª Tresmontant, Claude. (1974). Los problemas del ateísmo. Barcelona: Herder.
â–ª Cuénot, Claude. (1971). Ciencia y Fe en Teilhard de Chardin (con un comentario de Roger Garaudy). Barcelona: Plaza y Janes.
â–ª Fromm, Erich. (1970). La condición humana actual: Y otros temas de la vida contemporánea. New York: Paidós.
â–ª Krasnov, Anatoly Vasilievich. (1968). Crítica a la concepción Cristiana del proceso histórico. Moscú: Pensamiento.
â–ª Llorente, Armando. (1961). Y sin embargo...: el infierno existe. España: Sal Terrae.
â–ª Sohngen, Gottlied. (1963). PROPEDEUTICA FILOSÓFICA DE LA TEOLOGÍA. Barcelona: Herder.
â–ª Jaeger, Werner. (1952). La teología de los primeros filósofos griegos. México: Fondo de Cultura Económica.
â–ª Ricaud, M. (1950). La vida es sagrada. Buenos Aires: Dedebec.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.