DESPLAZAMIENTO HERMENEUTICO DE  MARX, NIETZSCHE Y FREUD MAESTROS DE LA FILOSOFIA DE LA SOSPECHA

DESPLAZAMIENTO HERMENEUTICO DE  MARX, NIETZSCHE Y FREUD MAESTROS DE LA FILOSOFIA DE LA SOSPECHA

En el siglo XIX, se desarrolló la revolución industrial y la revolución del 48, esto hizo que nos acercáramos a lo real de la filosofía moderna, es importante destacar el papel que tuvo Paul Recoeur sobre la filosofía de la sospecha. Bajo este concepto, se ponía en duda y se criticaba para cambiar lo que se conocía De acuerdo a Recoeur, la trilogía que tenía características comunes, donde se asienta este movimiento es en Karl Marx, Friedrich Nietzsche y Sigmund  Freud

Siguiendo con el mismo hilo discursivo, estos autores coincidieron en realizar una arqueología, buscando donde se originó esta falsa consciencia que ellos criticaban, se opusieron a la hermenéutica de la sospecha frente a la hermenéutica de la afirmación, además buscaron una nueva consciencia a través de una nueva sociedad y utopía.

La revolución industrial que inició en 1750, marcó el surgimiento y desarrollo la mecanización de la industria textilera y el desarrollo de los procesos en hierro, logró llevar a miles de proletarios a trabajar jornadas interminables por pago mísero, provocando así una injusticia que Marx quería cambiarlo. Para crear así un mundo de seres libres e iguales. La expansión del sistema de transporte y comunicación, cobró fuerza con el nacimiento del ferrocarril y la máquina de vapor. Todo ello trajo consigo transformaciones importantes en toda Europa.

Marx planteaba que la nueva burguesa sociedad moderna, la misma que se halla entre las ruinas de la sociedad feudal, no abolió los antagonismo de clases de ninguna manera, solo se limitó a sustituir una clase por otra, a sustituir las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por las nuevas, pero curiosamente se ha visto que la sociedad se ha dividido en dos grandes clases sociales beligerantes, enfrentadas entre sí que fueron la burguesía y el proletariado.

De esta manera Marx, analizó los acontecimientos y los cambios que se sucedieron en la época, se destaca en criticar la filosofía para entonces. Marx piensa que la filosofía anterior a él, lo que ha hecho es explicar el mundo, decir porque el mundo es de esa manera, El pretendía decir que la filosofía lo que debe hacer es cambiar el mundo.

Asimismo hace una crítica muy fuerte a la religión, porque cree que es alienizante a los humanos, por considerarla el opio del pueblo y la compara con el trabajo, consideraba que sus escritos tenían como propósito una transformación práctica y política del sujeto en su forma individual y colectiva, la mercancía como producto de intercambio, el proceso de trabajo, la transformación del dinero, el salario, la plusvalía, entre otros postulados económicos,

Es relevante mencionar que de igual manera, Nietzsche, quien fuera poeta, filólogo y músico alemán,  considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX y quizás el iniciador de la postmodernidad. Procuraba concluir un largo episodio del pensamiento occidental que el mismo ha denominado metafísica.

Aunado a lo anterior, el pensamiento de Nietzsche intenta colocarse en el final de este periodo, advirtiendo que la metafísica ha sido un engaño con respecto a la forma de entender la vida como un fenómeno dual. La metafísica, inaugurada con Sócrates, fragmenta el sentido unitario de la vida, tal como queda demostrado en el pueblo griego presocrático que asumía la existencia con una valoración distinta como la vio el hombre moderno.

En atención a lo expuesto, se tiene la certeza que Nietzsche, con su frase “Dios ha muerto”, intenta provocar al creyente clásico, tradicional, de esta manera aprueba la existencia de Dios de manera metafórica. Esta frase no tiene que ver con un discurso religioso, como muchos han querido creer. El les habla a la filosofía, no a la teología, por lo tanto la frase no tiene nada que ver con el ateísmo, tampoco con el agnoticismo, más bien, con la visión apolínea y  dionisíaca de la vida, con el Zaratrusta y con la Voluntad de Poder.

Nietzsche hace una crítica brutal al eje de la cultura, donde dice, no es Dios, sino el superhombre, con esto él provoca una crítica, una reflexión acerca de la cultura del momento. El quiere demostrar que el humano es una ideal, no moral del hombre y que le permita ser el que es. De esta manera el superhombre es la superación del hombre, pero también el hombre más hombre, el cumplimiento de la plena potencialidad humana, de esta manera funciona como un ideal, como un mito que nos obliga a superarnos continuamente, es un modelo para inspirarnos, un llamamiento, la imagen de lo que podríamos llegar a ser.

Uno de los grandes avances que hubo en el siglo XIX, fue el tratamiento que tuvieron los enfermos en el área de salud mental, ya que dejaron de ser tratados por el médico general y empezó a tratarse a través del especialista en psicoanálisis. Es así como Sigmund Freud indagó en las profundidades de la mente y lo hizo a través de las palabras.

 Freud planteaba que el ser humano es un sujeto histórico, tanto en el ámbito social como individual. En su interior hay una lucha constante entre sus instintos, los impulsos agresivos y destructores y su ambiente cultural.  Este conflicto se enmarca en lo que se denomina el principio de placer  y el principio de la realidad. El principio de placer busca lo que es placentero, huyendo de aquello que le desagrada, al tiempo que la realidad se impone  socioculturalmente.

Del  mismo modo planteaba que el inconsciente dinámico,  expresado en el deseo sexual, la frustración y la agresividad. Se afirma también que el comportamiento de una persona, está profundamente determinado por pensamientos, deseos y recuerdos reprimidos. En su primera tópica freudiana, el aparato psíquico está compuesto por  tres elementos a saber: el consciente, preconsciente y el inconsciente.

La información que se encuentra reprimida en el inconsciente, se encuentra encerrada mediante los mecanismos de defensa. Estos mecanismos tienen la función de retener los eventos traumáticos o acontecimientos altamente negativos para que queden fuera del alcance de la consciencia. Existen dos grandes pulsiones sean o no altamente sexualistas que deben ser canalizadas es decir, tener salida como son el Eros y Tanatos. Asimismo propone la relación existente sobre el ser humano y la razón, argumenta que la mayor parte de la psique humana, lejos de ser racional, es inconsciente y basada en pulsiones internas que nosotros desconocemos por completo.

Estas pulsiones están enmarcadas en el Ello, una de las instancias denominada segunda tópica freudiana de la composición de la psiquis humana que la complementan las instancias del Yo y el Superyo. En el Eros se presentan los instintos más primitivos por satisfacer los deseos libidinosos, los del hambre y los de sed es decir, las pulsiones de vida, mientras que en el Tánatos se engloban los deseos por satisfacer los impulsos de agresión y destrucción, ergo, es decir, las pulsiones de muerte.

Es importante aclarar a manera de resumen que  existieron tres filósofos, de orígenes distintos, de profesiones distintas y con una forma de vida diferentes pero que coincidieron en su posición frente a la realidad que estaban viviendo para su momento, lo cual les valió el título que más adelante le asignara Paul Recouer en los años sesenta como los maestros de la sospecha.

Estos filósofos coincidan en el ateísmo, dada su convicción de que Dios es un pretexto interesado parea engañar a la gente y alejarla de la razón y el principio de realidad recae fundamentalmente en la imagen del sujeto que la filosofía occidental venía forjando desde Descartes, imagen que conservaba sus principales referentes de justificación en la ontología platónica y en la metafísica y la moral cristiana. Moviéndose entre los ejes de su fe protestante, su afinidad al existencialismo alemán y su particular desarrollo de la hermenéutica filosófica, Ricoeur trató de esbozar líneas de una interpretación unitaria de los tres autores mencionados: un discutible proyecto que requería una muy amplia capacidad asimiladora.