En el caso de Ihuatzio y otras comunidades p'urhépecha, los pequeños estaban bajo el cuidado de las hermanas mayores, mientras la madre trabajaba o salía a comercializar sus productos en Pátzcuaro.
Ésta práctica de cargar al bebé con el rebozo está quedando en desuso dentro de la comunidad, pero es común ver a alguna madre hacerlo de vez en cuando, especialmente en las fiestas.
Llevar al bebé a espaldas con el rebozo estimula todos sus sentidos, gracias al contacto constante con la madre, promueve mayor aprendizaje y quién carga de ésta forma, tiene las manos libres para realizar otras actividades.