Está escaso...

Poco a poco la saturación de los servicios públicos ha obligado a que la población busque otras opciones para atender a sus pacientes que sufren o no con la contontingencia sanitaria.

Desde luego esto ha pintado escenarios muy diversos para la población, pues desembolsar recursos que quizá no estaban presupuestados para acudir a una unidad privada puede respresentar la otra gran "Pandemia" familiar.

Hay familias que practicamente tuvieron que deshacerse de propiedades para poder atender a sus pacientes, pues es la opción más viable que encuentran, tratándose o no en enfermos de COVID-19. 

Sin embargo, hay instituciones médicas que aun sabiendo que los servicios hospitalarios públicos se encuentran en crisis, están encareciendo de manera unilateral la atención, pues saben que es la única opción que les queda.

Servicios que en tiempos normales llegan a tener cierto costo, con la pandemia han aumentado el doble e incluso el triple sin que las autoridades hagan algo al respecto. En Michoacán, la delegación de Profeco es la que debe actuar.

A pesar de ello, hay múltiples quejas en contra de esta dependencia, debido a que, de manera general, su atención es desagradable, tanto que provoca que los quejosos opten por renunciar y darse por vencidos frente a los abusos. 

Hay instituciones privadas que aun olvidado la sensiblilidad y han fijado condicionew que rebasan las capacidades de los pacientes, confiados en que se tendrán que quedar ahí pues no tienen mucho de dónde escoger. 

En el estado se ven a diario casos de familias que hacen esfuerzos para que sus enfermos sean atendidos en hospitales privados. En tiempos de pandemia sale lo mejor y lo peor de la sociedad.