Nuevo gesto de apertura hacia las personas LGTB por parte de un obispos católico. Se tra en esta ocasión de Brendan Leahy, titular de la diócesis de Limerick, Irlanda. Leahy ha afirmado que todas las familias, no solo las que se ajustan a la norma católica, deberían ser bienvenidas al próximo Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en agosto de 2018 en su país. Además, unos materiales preparatorios del Encuentro inciden en este mensaje, con alusiones más o menos expresas a la realidad LGTB. Todo ello es significativo porque estos encuentros en el pasado han servido para reafirmar únicamente el modelo vigente de la familia católica.
En un encuentro diocesano acerca del Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda el próximo año, el obispo Brendan Leahy de Limerick afirmó que “vivimos en tiempos de cambio y la familia también cambia”. Hizo asimismo referencia a la aprobación en 2015 del matrimonio igualitario por referéndum en el país: “Hemos tenido el referéndum a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo y muchas personas votaron en ese referéndum, y todas serán igualmente bienvenidas a unirse en esta celebración de la familia”. Añadió además que “debe hacerse que todo el mundo se sienta bienvenido el año que viene. Todos queremos construir una buena red familiar de apoyo en Irlanda en todos los niveles. [El Encuentro] es un acontecimiento internacional pero tendrá especial significado para nosotros como irlandeses porque la familia significa tanto aquí (…) Mi esperanza es que el evento del año que viene será para todas las familias; para la familia tradicional, los padres y madres solteros; personas de otras fes, personas que están de acuerdo con la Iglesia y las que están en desacuerdo”.
Por otra parte, unos materiales distribuidos para preparar el Encuentro insisten en esta idea de la inclusión. Se trata de un folleto disponible en internet. En él se afirma la doctrina vigente, pero también reconoce la diversidad que hay en la sociedad y la necesidad de acogida: “A la vez que la Iglesia afirma el ideal de matrimonio como un compromiso permanente entre un hombre y una mujer, existen otras uniones que proporcionan apoyo mutuo a las parejas”, añadiendo que: “el Papa Francisco nos anima a no excluir nunca, sino a acompañar a estas parejas con amor, cuidado y apoyo”. Bajo el texto (pág. 24), aparecen dos personas abrazándose (parecen ser, de hecho, dos mujeres, aunque no se les identifica completamente) y una de ellas tiene los colores de la bandera LGTB pintados en la mano.
Irlanda, un país que ha vivido cambios radicales en materia LGTB
Este tipo de movimientos resultan significativos en primer lugar por tratarse de Irlanda, un país tradicionalmente católico pero que ha sufrido una transformación radical en pocos años en materia LGTB. Sin dejar de ser, según las encuestas, un país de mayoría católica, en 2015 aprobó en referéndum el matrimonio igualitario por amplia mayoría, convirtiéndose además en el primer país del mundo en dar este paso por votación popular. Este cambio provocó un profundo impacto en el mundo católico dentro y fuera de Irlanda, dando lugar a que diversos miembros de la jerarquía católica irlandesa hayan hecho declaraciones aperturistas o reconocedoras de los cambios. La última de éstas serían precisamente las palabras del obispo de Limerick, a las que podríamos sumar las del arzobispo de Dublin, Diarmuid Martin, el pasado Viernes Santo: “Cómo pudimos intentar emplear las enseñanzas y el modo misericordioso de tratar con los pecadores para justificar o aceptar la exclusión? Pensemos en los muchos grupos que fueron juzgados injustamente: las madres solteras que quieren mantener el bebé que aman, las personas gais y lesbianas, los huérfanos”.
Por último, es muy significativo que estos últimos signos de apertura se den precisamente con ocasión del próximo Encuentro Mundial de las Familias, pues hasta ahora este evento se había utilizado precisamente para afirmar de forma excluyente el modelo tradicional de familia. Recuérdese que una edición anterior de este Encuentro tuvo lugar en Valencia en 2006 y que entonces palabras como las del obispo de Limerick o un folleto como el aquí mencionado hubieran sido impensables.
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