Las actuales influencias culturales han hecho que el Grand Tour sea conocido sobre todo gracias a la literatura inglesa. En efecto, fue especialmente popular entre los jóvenes británicos de clase media-alta, considerándose que servía como una etapa educativa y de esparcimiento, previa a la edad adulta y al matrimonio.2 Su valor primario residía en el acceso tanto al arte clásico y Renacimiento como a la sociedad aristocrática (considerada de moda) del continente europeo. Un grand tour podía llevar desde varios meses a varios años, dependiendo del presupuesto.
Su planteamiento como viaje formativo podría remontarse al renacimiento, cuando los intelectuales humanistas y los artistas realizaban viajes a Italia a fin de familiarizarse con la cultura clásica. La primera vez que un viaje de este tipo apareció referenciado como grand tour fue en una obra del jesuita y viajero Richard Lassels, que en 1670 recomendó un itinerario que llamó así en su Viaje a Italia.
El recorrido por Italia estaba muy influenciado por el helenista Winckelmann, que, a decir de Goethe, instituyó la costumbre casi obligatoria de convertir el viaje a Italia en un estudio de la Historia del arte renacentista y greco-romana. Típicamente, se visitaba Turín, Milán y Venecia, como centros culturales más modernos, y se bajaba al sur, a Florencia, a admirar obras del Renacimiento. Roma atraía a un gran número de jóvenes con aspiraciones artísticas, considerándola una visita obligada. La visita a Italia solía concluir en Nápoles, por aquel entonces la mayor ciudad de Italia, donde se admiraban también las ruinas de Pompeya.
A modo de recuerdos que los viajeros se llevaban de vuelta, se pusieron de moda las vistas de Venecia y Roma, de pintores como Canaletto y Giovanni Paolo Pannini, así como los grabados de ruinas romanas de Piranesi. Estas obras, junto con vestigios arqueológicos y demás objetos antiguos, se incluían en el equipaje de los jóvenes británicos y una vez en su país, incidieron en la evolución del arte inglés, tanto en la pintura como en la arquitectura y las artes decorativas de los siglos XVIII y XIX. La labor del alemán Winckelmann fue igualmente importante, al conseguir exportar un nuevo purismo en cuanto a la decoración y las formas arquitectónicas.
La idea de viajar como forma de aprendizaje se vio impulsada por la corriente empirista, que propugnaba que el origen del conocimiento es la experiencia. No se trataba de un viaje de placer, sino formativo, y, por ello, todo estaba meticulosamente planificado por los padresantes de la partida. La condición privilegiada de quienes lo realizaban hizo que ejerciera una influencia muy significativa en los gustos artísticos y literarios de Inglaterra.
Este viaje ilustrado tenía el objetivo primordial de enseñar a estos jóvenes candidatos los saberes y los logros de los estados europeos modernos, y sobre todo en su parte Italiana, el esplendor de las antiguas civilizaciones griega y romana, aunque uno de los fines principales era el de formar un cuerpo de diplomáticos, políticos, abogados y militares bien capacitado.
https://es.wikipedia.org/wiki/Grand_Tour#cite_note-colletta-2
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