ANTECEDENTES
El Municipio de Fundación al igual que la gran la mayoría de los pueblos posteriores al colonialismo español no posee fundadores, esa era una costumbre propia del período colonial, cuando por voluntad de un colonizador, clérigo, e incluso del Rey de España por medio de célula real, se ordenaba el establecimiento de poblaciones.
El origen de Fundación está inseparablemente unido a la construcción del
Ferrocarril de Santa Marta. Éste medio de comunicación fue concebido por sus iniciadores con el propósito de conectar el puerto de Santa Marta con el Río Magdalena, en el afán de no perder competitividad ante el surgimiento con mucha fuerza de Puerto Colombia y de lo que hoy es Barranquilla.
Esta empresa férrea levantó su línea por la geografía de lo que hoy se conoce como la Zona Bananera, hasta orillas del Río Fundación, desde donde nunca más avanzó, incumpliéndose el sueño de sus forjadores de llegar hasta el Río Magdalena, ya fuera en la ciénaga de Zapayán en el Cerro de San Antonio, o hasta Plato o El Banco. Esto se debió a los altísimos costos del proyecto, lo que arruinó a sus accionistas, obligándolos a salir de su participación.
El ferrocarril fue adquirido entones por la compañía norteamericana
United Fruit Company, que se dedicaba a la cosecha y comercialización de banano, con extensas áreas de sembrados, en lo que hoy son los municipios de Ciénaga, Zona Bananera, Retén y Aracataca; en terrenos muy fértiles, aluviales e ideales para el cultivo de frutas tropicales, pero que carecían de medios de comunicación.
El tren se había convertido para esta organización en punto estratégico para su desarrollo agro-comercial, en razón a que esta zona carecía de carreteras, por lo que era el único medio idóneo y económico que le permitiría transportar el banano al puerto de Santa Marta y así exportarlo a Estados Unidos u Europa. Pero a la "Yunai", como era conocida popularmente, al hacerse accionista del ferrocarril, no le interesó cumplir con el proyecto diseñado por el Gobierno y sus creadores, cual era llegar al Río Magdalena, en razón a que los suelos más allá del Río Fundación son pobres, depreciados, sin riego y por tanto sin posibilidad de explotación agrícola, lo que no aseguraban productos para los mercados de exportación.
En cambio las áreas de riego y con suelos de aluvión comprendían desde la cabecera del municipio de Ciénaga hasta la margen derecha del Río Fundación, lo que hoy es el corregimiento de Buenos Aires, por lo que la compañía frutera se obstinó en no continuar con la construcción férrea más allá de este lugar, por carecer de suelos fértiles y afluentes necesarios para el riego que el cultivo de banano requiere.
Por todas estas razones el tren solo tendió su carrilera desde Santa Marta hasta la finca Buenos Aires, hoy corregimiento del mismo nombre, a donde llegó un 22 de octubre de 1906.
En Diciembre de ese mismo año, ósea 1906, un contratista de ese ferrocarril llamado Manuel Antonio Ordoñez, adquirió un lote del otro lado del Río Fundación, con el objeto de construir allí su vivienda y poder seguir suministrando durmientes a la obra Férrea, convirtiéndose de esta manera en el primer poblador de lo que luego sería llamado La Envidia, hoy Fundación.
En el año 1911, se terminó de construir el puente sobre el Río Fundación, con el objeto de que en el pequeño e incipiente poblado que era llamado La Envidia, el tren pudiera hacer convenientemente las maniobras de retorno hacia el puerto de Santa Marta
Paradójicamente el hecho de que la Compañía frutera se negare a seguir construyendo la línea del tren hasta algún punto del Río Magdalena, fue lo que en definitiva le convino al desarrollo poblacional, cultural, inmobiliario y comercial del naciente poblado. El tren tuvo como punto final de su recorrido al nuevo caserío y así lo hizo por 50 años, y de este lugar no avanzó si no hasta la década de los 60s. cuando fue construida la línea que comunicaba con Bogotá
El proyecto ferroviario provocó en La Envidia, un flujo migratorio espontáneo y exponencial, inicialmente compuesto por obreros y contratistas que participaron en su construcción y luego por personas atraídas por la dinámica comercial que suscitó.
En La Envidia que luego en 1923 pasó a llamarse Fundación, se desarrolló rápidamente un asentamiento humano y una economía comercial de gran envergadura. La avalancha de nacionales y extranjeros que trajo el tren convirtió rápidamente a este lugar en un punto de referencia geoestratégico, dio vida a una población cosmopolita con todo tipo de costumbres, mestizaje, mezclas culturales, en un ambiente preponderantemente comercial.